Ameba “come cerebros”: es muy difícil infectarse, pero si ocurre es letal
Lo asegura un experto. La muerte de un chico de 8 años es la primera reportada en el país por este parásito.
El caso generó conmoción en todo el país. Un nene de 8 años murió por una meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la ameba “asesina” o ameba “come cerebros”.
El chico adquirió la infección en aguas de la laguna Mar Chiquita, entre la ciudad de Junín y General Arenales. Sucedió en febrero de 2017. En ese momento fue documentado por el Reporte Epidemiológico de Córdoba (REC), pero ahora el tema adquirió trascendencia mundial, ya que fue reportado y difundido por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID).
Según lo informado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la Naegleria es una ameba (un microbio vivo unicelular) que con frecuencia se encuentra en agua dulce templada (lagos, ríos y aguas termales), así como en la tierra.
Existen 30 géneros de Naegleria. Pero sólo una especie infecta a las personas: la Naegleria fowleri. Y causa infección en las personas cuando el agua con la ameba entra al cuerpo a través de la nariz. Esto generalmente ocurre al nadar o bucear en lagos y ríos. Sube de la nariz al cerebro, donde destruye el tejido cerebral.
Es posible también que la ameba no llegue al cerebro. “El que produce la enfermedad es el trofozoito. Si ingresa el quiste, o sea la pelotita donde adentro está la ameba durmiendo, y no desenquista, el paciente se va a sonar la nariz o la va a expulsar”, dice a Clarín Sixto Raúl Costamagna, expresidente de la Asociación Parasitológica Argentina y principal fuente del informe difundido por la ISID.
“Cuando uno nada horizontalmente está expulsando permanentemente el agua de la nariz y la boca. Por eso, nadar no causa tanto problema como el tirarse tipo ‘bomba’, o de pie, o hacer buceo, donde el agua sí entra a presión y está más tiempo en la nariz”, sostiene el experto.
“Si se bañaran hasta el cuello, y se lavaran la cara, o metieran la cabeza en el agua, e inmediatamente soplaran sacando el agua de la nariz, es muy difícil que se produzca la in- fección. No es fácil, sino habría más casos”, señala Costamagna.
Las infecciones por Naegleria fowleri son poco frecuentes. En los 10 años que abarca el periodo entre el 2007 y el 2016, se reportaron 40 infecciones en los Estados Unidos. Ocurren principalmente durante los meses del verano. Por lo general, se producen cuando hace calor por periodos largos, lo cual eleva la temperatura del agua y reduce su nivel. Costamagna explica que “en los ríos es más difícil que pueda entrar porque el agua circula”.
Es fulminante. La infección destruye el tejido cerebral, lo que ocasiona inflamación del cerebro y la muerte. La tasa de mortalidad es superior al 97%. Solo sobrevivieron 4 personas de las 143 que se infectaron en Estados Unidos entre 1962 y 2016.
La infección no se puede transmitir de persona a persona. Tampoco es posible infectarse al beber agua contaminada. En muy raras ocasiones puede presentarse cuando el agua contaminada de otras fuentes (como de piscinas inadecuadamente tratadas con cloro o agua de la llave contaminada) entra a la nariz, por ejemplo, cuando las personas sumergen la cabeza o se limpian la nariz durante prácticas religiosas y cuando las personas se irrigan la nariz con agua de la cani- lla contaminada.
Respecto a su presencia en el país, la infección del nene en la laguna Mar Chiquita “es el primer y único caso reportado”, explica Costamagna. “Hay que abrir los ojos a partir de ahora. Si los médicos y bioquímicos tienen en mente que esta enfermedad puede presentarse de nuevo, van a aparecer más casos. Pero si nadie habla del tema, no hay casos. Por eso la importancia de la difusión. Hay que buscarla. Después de la nota de Clarín, me llamó un ex alumno de la UBA, que está haciendo el doctorado en la parte molecular. Quiere ir a buscarla al Río de la Plata. Me parece perfecto. Si no la buscamos, no sabremos si está o no está”. ■