¿Y si viene un inglés?

Osvaldo Cossio casi termina linchado por los hinchas de Newell’s después de un partido ante San Lorenzo en 1946. Eran tiempos difíciles para los árbitros de la Argentina. La palabra “soborno” sobrevolaba el ambiente y los diarios de la época consignaban que los hombres de negro favorecían a los equipos grandes. Sin computadoras, celulares, redes sociales ni HD, claro. Pero las sospechas estaban a la orden del día, igual que en esta Era de los Millennials.

Para colmo, había un conflicto gremial. Entonces, la AFA tomó una decisión fuerte. Convocó referís ingleses, los mejores del mundo en aquel momento. Aubrey White, James Provan y William Brown, entre otros, dirigieron durante una década, entre 1948 y 1958, los partidos de Primera División. Nadie se escandalizó.

¿Por qué no rescatar aquella vieja idea para la Superfinal del 14 de marzo? Hoy, los jueces argentinos están presionados por los dirigentes y apuntados por la desconfianza popular. Y en una sociedad crispada en todos sus ámbitos será muy difícil que una falla en la Supercopa Argentina sea tomada como un simple error humano. Pocos creen en la buena fe de los referís locales. Aunque no haya una prueba de corrupción y todo sea producto de su inoperancia. Un árbitro de la Premier League, despojado de la intoxicación del fútbol vernáculo y las teorías conspirativas, sería una gran opción. Y si el señorito inglés no hace turismo por Caminito o la Costanera del Río de La Plata, mejor. ■