La mejor despedida
La banda que creó el heavy metal dijo adiós a los escenarios, y lo dejó grabado en una edición de un DVD y un EP.
El último trazo para la banda que creó el heavy metal, donde el lápiz se levanta de ese círculo que terminó de cerrarse luego de casi medio siglo de carrera. Es el fin de Black Sabbath.
La banda británica registró su adiós definitivo sobre los escenarios luego de varios amagues, como el de la gira Reunion -en aquella ocasión con Bill Ward, el batero original- en 1999, también en la ciudad de Birmingham pero en otro recinto, el NEC Arena.
En esta oportunidad, la doble fecha en el Genting Arena (2 y 4 de febrero de 2017) marcó el punto final grupal del cantante Ozzy Osbourne, el guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler, el batero Tomy Clufetos (en reemplazo de Ward, quien decidió no estar en el tour The End) y el guitarrista/tecladista Adam Wakeman.
El registro en DVD del show -sin edición en CD audio para la Argentina- son 18 temas a pura nostalgia heavy. Las llamas del logo de Black Sabbath y las campanas del tema -que dan nombre al grupo- erizan la piel. Brazos en alto de Ozzy, mirada fija, rostro tembloroso y el inicio del último embrujo de los británicos.
Para una banda tan estática en vivo, lo ideal es una edición vertiginosa, a fondo, con multiplicidad de cámaras, zooms veloces (sobre todo en el rostro de Ozzy) y tomas de sus multigeneracionales fans ( de todo el mundo), muchos de ellos con lágrimas en los ojos. Las luces del escenario no ayudan mucho, y en una computadora se puede ver algo oscuro. Mejor, una pantalla nítida y grande.
El galope de Under The Sun/Every Day Comes and Goes, conjuga con la selección de imágenes y se amoldan a los cambios de ritmo impuestos por la zurda de Iommi. Por su parte, Ozzy deja todo en la última presentación de Sabbath; hace gritar a su gente (antes de Into the Void), su voz casi ni flaquea (ojo, la tecnología en estos registros en vivo, ayuda... y mucho), pero no hay excusas para su performance física: parece rejuvenecido, mucho más movedizo que en su último paso por estas tierras (a fines de 2016).
Antes de la festejada War Pigs ( con llamaradas en escena que remarcan clásicos como Black Sabbath, Iron Man o Children of the Grave), Ozzy presenta a los miembros de la banda. Y hace obvio hincapié en “the one, the only, mister Tony Iommi “. “El rey de los riffs de todos los tiempos”, resume con criterio Osbourne.
La frialdad del público inglés no colabora para que Ozzy se explaye demasiado en escena. Lo bombástico lo mete la tecnología, como los confetis en Paranoid, tema que pone a prueba el cuore de cualquier heavy de ley.
Este disco doble incluye el CD Angelic Sessions, una joya para fanáticos: la última grabación en estudios de Black Sabbath realizada luego del show despedida. La particularidad de estos cinco temas ( The Wizard, Wicked World, Sweet Leaf, Tomorrow’s Dream y Changes) es que no los toca- ron durante su gira final.
Este canto de cisne también se registró en video ( como bonus del DVD), donde se ve a Ozzy gesticular, bailar y hasta quejarse por estar cansado. Pero vuelve a cantar junto a sus compañeros. Adiós a los padres del metal... Mejor dicho, gracias. ■