Clarín

Macri quiere cambiar el reparto de fondos a las Obras Sociales

Contraataq­ue a los sindicatos. El Gobierno reflotó un proyecto para controlar la distribuci­ón a las obras sociales de fondos para los medicament­os más costosos.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El Gobierno analiza aplicar un nuevo método de reparto para los cerca de 2.300 millones de pesos mensuales que el Estado debería girarle con equidad, continuida­d, ecuanimida­d, transparen­cia y control a las obras sociales sindicales. Esa plata es crucial para que los gremios puedan brindarle atención médica a sus afiliados.

El cambio en el modo en el que la Superinten­dencia de Servicios de Salud redistribu­iría esos fondos de los trabajador­es está siendo analizado no solo por técnicos gubernamen­tales. También aportan sus conocimien­tos, intereses y consejos expertos que forman parte de algunos de los sindicatos más fuertes de la CGT, e incluso también acercaron los suyos algunos secretario­s generales de gremios que conocen las “trampas” que pueden generarse en obras sociales que quieran utilizar la plata destinada a cubrir los tratamient­os médicos de sus afiliados, pero que podría terminar usándose para otros fines.

Esta nueva política es otro impulso más que toma la Casa Rosada en el contexto de su pelea de poder con el sindicalis­ta del PJ más poderoso con el que ha entrado en una puja que parece no tener retorno: el ex secretario general de la CGT, ex jefe de Camioneros, ex titular del PJ bonaerense y actual presidente del Club Atlético Independie­nte, Hugo Moyano.

El cambio en el modo con el que se repartiría­n los 2.300 millones de pesos mensuales entre las obras so- ciales de los gremios de la CGT, casi todas con déficit, es una política pública más que se aplicará inmersa en el conflicto de la Casa Rosada con Moyano.

Uno de los organizado­res de este cambio esencial para los sindicatos admitió ante Clarín que el nuevo esquema incluirá “premios y castigos” para aquellos gremios que no tengan sus cuentas en relativo orden.

Tal vez el avanzado proyecto de modificaci­ón en la distribuci­ón de los fondos de la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS) haya persuadido a algunos jefes del sindicalis­mo peronista de no marchar junto a Moyano. Desde hace meses el Gobierno dio muestras de cómo impondría mayor control, o viceversa, a los sindicatos que entiendan el “cambio cultural” que quiere imponer Cambiemos, y que incluye, como también ocurría en la era K, que la CGT contenga sus protestas en contra de las políticas del Gobierno.

La historia reciente de la Argentina mostró que, como ocurre en un país en el que las reglas pueden ser tomadas como sugerencia­s en lugar de ser acatadas como obligacion­es, el Estado falló en asegurar un reparto equitativo de la plata de las SSS para los gremios.

También se descubrier­on desmanejos que se cometían en loa sindicatos con esos de los trabajador­es que administra el Estado, y que tendrían que tener un único objetivo: mejor asistencia sanitaria para los afiliados sindicales. Sean del gremio que fueran.

Por ahora, el Gobierno y sus aliados de la CGT no dejaron trascender demasiado sobre los detalles de cómo se implementa­rïa la distribuci­ón de ese dinero. Pero sí que no llegará a todos los gremios por igual.

“Ahora se va a trabajar en serio para que nadie tenga más beneficios que otro por su poder de imposición al Gobierno”, dijo una de las fuentes que participa de estas negociacio­nes confidenci­ales.

Hoy, la frase tiene una sola lectura: Moyano ya no estará entre los más beneficiad­os por la suelta de dinero de la SSS, como solía pasar.

El nuevo plan incluiría un proyecto de ley para crear un nuevo organismo público: la “Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria”.

Ese ente, que sería integrado por expertos en medicina, técnicos, abogados y científico­s, se encargaría de determinar cuándo una obra social deberá recibir el dinero necesario para ayudar en la recuperaci­ón de la salud de un paciente que necesita un remedio o un tratamient­o de alto precio: muchas veces esas prácticas para enfermedad­es de alta complejida­d tienen un costo de miles de dólares. Esta nueva “agencia” serviría para evitar que gremios corruptos falsifique­n la existencia de pacientes que pueden ser inscriptos para recibir esos remedios, un método siniestro para recaudar fondos de modo ilegal. Sobre todo, este organismo buscaría que los grandes laboratori­os no frenen con medidas cautelares los tratamient­os de gente que realmente sí necesita el financiami­ento más caro para mejorar su salud.

Moyano no fue consultado en ningún momento por la Casa Rosada para imponer estas nuevas medidas sobre los multimillo­narios fondos públicos que reciben, o deberían recibir con habitualid­ad, las obras sociales sindicales. Es sólo un cambio de los muchos que sentirá el líder camionero, acostumbra­do a recibir otro trato de parte del poder. ■

Es otro impulso que toma la Rosada en el contexto de su pelea de poder con Moyano.

El nuevo plan incluiría la creación de la “Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria”.

 ?? EMMANUEL FERNÁNDEZ ?? Palco. Los militantes del sindicato de Camioneros coparon el centro del acto en la 9 de Julio y a sus costados ubicaron a los gremios de la CTA.
EMMANUEL FERNÁNDEZ Palco. Los militantes del sindicato de Camioneros coparon el centro del acto en la 9 de Julio y a sus costados ubicaron a los gremios de la CTA.

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