Macri recibió a la nueva cúpula de la UCR en Olivos y buscó limar asperezas
Fue luego de que sus socios criticaran los “errores no forzados” del Gobierno. Habló de la necesidad de “un frente fuerte”. Y Cornejo propuso “reforzar” el funcionamiento de Cambiemos.
Mauricio Macri recibió en la residencia de Olivos a la nueva conducción del radicalismo que preside Alfredo Cornejo. El encuentro duró poco más de 30 minutos y, aunque se trató de un gesto institucional, tuvo una dimensión simbólica más importante: pretende inaugurar una nueva etapa entre los socios de la coalición oficialista.
La reunión ya programada -Cornejo fue elegido en diciembre- estuvo precedida por la cumbre radical del martes en el Hotel Savoy, en la que no faltaron críticas aunque moderadas a los “errores no forzados” del Gobierno y a algunos indicadores económi- cos. El Presidente, que estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, fue el primero en romper el hielo. Felicitó a sus socios por el curso de la alianza política. “A pesar del pronóstico del círculo rojo de que nos íbamos a pelear a los pocos meses, aquí estamos con más confianza para encarar este año y el que viene. No hay otra forma de salir adelante que con el trabajo conjunto. Se necesita un frente fuerte”, señaló el mandatario. Macri ofreció números económicos para abonar el optimismo, como el repunte de la actividad turística y ratificó la política de “gradualismo”. “Hay que cuidar el mango”, reclamó.
Cornejo habló de “reforzar el funcionamiento” de Cambiemos y de “trabajar juntos para la agenda de los argentinos”. Mencionó entre las prioridades a “la inseguridad y la economía”. Fue una síntesis del resultado de la cumbre, en la que se habían marcado diferencias con el Gobierno sobre la reforma previsional, el polémico megadecreto, la venta de acciones de Transener, el manejo de las metas inflacionarias y los escándalos que rodearon a funcionarios como Jorge Triaca y Valentín Díaz Gilligan. En Olivos no se mencionaron esos temas.
Junto a Cornejo estuvieron el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales -vice primero del partidario-, y de Corrientes, Gustavo Valdés, además de su antecesor, Ricardo Colombi, vice tercero. No estuvo el vice segundo, Federico Storani, referente del ala crítica de la UCR. También asistieron los jefes parlamentarios, Luis Naidenoff, Angel Rozas y Mario Negri; el diputado José Cano, secretario general; la tesorera, Alejandra Lorden, y la protesorera, Soledad Carrizo, además del ex diputado porteño Rafael Pascual, y el intendente de Santa Fe y ex jefe partidario, José Corral. Hablaron de for- talecer la sociedad política, hablar más de Cambiemos y menos de PRO y UCR.
Hubo tiempo para la distensión. Colombi, hincha de Boca como Macri, se animó a bromear por el reclamo contra los árbitros, y varios cargaron a Frigerio -hincha de River- igual que De Andreis, que pidió clemencia. También hubo espacio para la coyuntura: el Presidente comentó que no había podido ver la marcha de Hugo Moyano porque había participado de una reunión de seguimiento de la gestión (ver página 7).
Fuera del protocolo, al mediodía las
principales espadas políticas del macrismo y de la UCR habían almorzado en Olivos para empezar a delinear el futuro de la sociedad política. Estaban Peña; titular del PRO, Humberto Schiavoni, y el secretario general, Francisco Quintana, además de Cornejo, Morales y Cano. Sobre el final se sumaron a la mesa Frigerio y De Andreis.