Aguad reclamó avanzar en la reestructuración militar “sin prejuicios ni desconfianzas”
El ministro de Defensa habló en el acto de asunción del nuevo jefe del Ejército, general Claudio Pasqualini.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, instó ayer a avanzar en la reestructuración de las Fuerzas Armadas “sin prejuicios ni desconfianzas, con prudencia pero sin temores” al tiempo que advirtió que “todo proyecto que trascienda del papel debe aprovechar los fondos disponibles” ya que “nuestro país esta haciendo un enorme esfuerzo para poner de pie una economía desquiciada”.
Aguad aprovechó para dar este mensaje en ocasión inusual para un ministro, el traspaso de mando en el Ejército, en que tomó juramento y puso en funciones al nueve jefe, general de brigada Claudio Pasqualini.
La ceremonia, en el Regimiento de Patricios en Palermo, que Pasqualini comandó hace años, implicó la salida del teniente general Diego Suñer. De hecho iba a hacerse el martes pero se aplazó. Aunque se habló de problemas de agenda del ministro, se supo que hubo tironeos entre Aguad y Suñer por el uso de la palabra y la posibilidad del jefe saliente de dar un mensaje de despedida, como marca la tradición castrense.
Finalmente, Suñer también habló en el acto, para repasar logros de su gestión y reiterar -citando al historiador Luis Alberto Romero, cuestionando el relato de los años K- que a propósito de la violencia de los 60 y 70 hace falta “más historia y menos memoria”.
Justamente se atribuye su relevo a sus diferencias en la implementación del rediseño militar, asociado al achicamiento, al cierre de unidades militares y la venta de tierras del Ejército. Días atrás una inesperada defensora de Suñer fue Elisa Carrió, que le agradeció por twitter su “honestidad” y luego hizo saber sus críticas por la venta de tierras ante la posibilidad de negocios inmobiliarios.
Aguad aprovechó para bajar línea. Reclamó “concretar el diseño y desarrollo de las fuerzas armadas del futuro” y trató de transmitir tranquilidad: “De una vez por todas debemos concretar el accionar conjunto”, justificó las fusiones que vienen.
También argumentó en torno a hacer frente a las “nuevas amenazas”, concepto polémico porque es el que irradia desde hace dos décadas el Comando Sur de los Estados Unidos hacia las fuerzas armadas latinoamericanas, instando a su policialización (la doctrina de las “nuevas amenazas” menciona el crimen organizado y trasnacional, el narcotráfico, el terrorismo, e incluso las migraciones masivas y en un momento el “populismo radical”, por el chavismo).
El acto se hizo en la Plaza de Armas del histórico regimiento. Parte del “color” fue la presencia de un grupo de esposas de militares encarcelados por delitos de lesa hu- manidad.
“Para esta etapa necesitamos un nuevo compromiso, un nuevo entusiasmo”, aludió Aguad al cambio de cúpula. Pasqualini repartió agradecimientos y pareció arrancar con el pie derecho, con palabras muy Pro: “Me integro a un equipo”. Estuvieron el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari del Valle Sosa - principal sostén de Aguad para las reformas- el de la Armada, José Luis Villán; y el de la Fuerza Aérea, Enrique Amrein. ■