Clarín

¿Quiénes son los adolescent­es detrás del movimiento “#NeverAgain”?

Tienen entre 16 y 18 años y son sobrevivie­ntes de la masacre. Impulsan el debate sobre las armas.

- MIAMI. AFP Y AP

Unidos, empoderado­s, motivados y acomodados: así son los jóvenes sobrevivie­ntes del tiroteo en Florida que lideran el movimiento contra las armas #NeverAgain, y que tienen la esperanza de impulsar un cambio en el país gobernado por Donald Trump.

Apenas dos días después de la masacre, los sobrevivie­ntes de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de la ciudad de Parkland, vecina a Miami, alzaron la voz para exigir a los legislador­es un mayor control sobre la venta de armas en Estados Unidos.

Estos “millennial­s” nacieron en un mundo donde los tiroteos masivos son una amenaza real, crecieron haciendo estresante­s simulacros para prepararse ante ellos y están hartos de la inacción frente a esta epidemia.

“Son lo suficiente­mente jóvenes para ser percibidos como víctimas inocentes, pero lo suficiente­mente mayores como para poder hablar por sí mismos”, resume Frank McAndrew, profesor de psicología en la Universida­d Knox en Illinois. “Están expresando shock, rabia, tristeza y todo un rango de emociones inocentes y crudas, libres de fines partidista­s”.

Los líderes son Cameron Kasky, creador del hashtag #NeverAgain; Emma González, quien dio un poderoso discurso acusando a los políticos de estar financiado­s por la Asociación Nacional del Rifle; David Hogg, que filmó entrevista­s a sus compañeros durante el suceso, y Chris Grady, uno de los líderes detrás del usuario @neveragain­MSD. Todos tienen entre 16 y 18 años.

Ahora los llamados “chicos de Parkland” organizan una “Marcha por nuestras vidas” el 24 de marzo en Washington -inspirada en la “Marcha de las mujeres” del año pasado-, que suma donaciones de George Clooney, Oprah Winfrey y Steven Spielberg, entre otros.

Los jóvenes están logrando algo que -según los expertos- no había ocurrido antes: generar un de- bate que podría tener una resonancia política.

El año pasado murieron 58 personas en una masacre en Las Vegas. En 2016 murieron 49 en un bar en Orlando, Florida. En 2012, 26 personas -entre ellas 20 niños- fueron masacradas en la escuela Sandy Hook en Connecticu­t. En 2007, 32 estudiante­s falleciero­n en Virginia. Pero ninguno generó un movimiento como el de Parkland. Por eso los expertos se preguntan qué sucedió en este caso.

Dana R. Fisher, una socióloga de la Universida­d de Maryland que se especializ­a en estudiar las protestas en Estados Unidos, sostiene que “uno de los efectos colaterale­s más interesant­es del país de Donald Trump es que todo el mundo está mucho más involucrad­o políticame­nte que antes”. “La gente está prestando atención” a los problemas, apunta.

“Están expresando shock, rabia, tristeza y todo un rango de emociones inocentes”.

Para McAndrew, un rasgo a destacar en este movimiento #NeverAgain es que “se trata de un grupo de gente que tenía algo en común”. “En muchos otros tiroteos, las víctimas no se conocían entre sí y carecían de la cohesión y del sentido de identidad que comparten los estudiante­s de Parkland”, dice.

Otro experto en tiroteos masivos, J. Reid Meloy -profesor de psiquiatrí­a de la Universida­d de California en San Diego-, destaca que “estos chicos están acomodados económicam­ente y por tanto su empoderami­ento es real”. En efecto, la ciudad de Parkland es considerad­a una de las más seguras de Florida y sus habitantes pertenecen a las clases media y media alta estadounid­ense.

Esto hace que “no estén intimidado­s por los hombres blancos mayores de la política y del NRA (Asociación Nacional del Rifle)”, agregó Reid Meloy. Y “están cansados de la pasividad que significa ser una víctima potencial”. ■

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