Clarín

Pese a la condena mundial, el régimen sirio vuelve a bombardear a los rebeldes

Fuerzas de Al Assad atacaron otra vez la región de Guta, en las afueras de Damasco: al menos 38 muertos.

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El principal bastión opositor sirio, ubicado en la región de Guta Orientalen a las afueras de Damasco, vivió ayer una nueva jornada de violencia con al menos 38 muertos y casi 117 heridos, tras un intenso bombardeo de las fuerzas del régimen de Bashar Al Assad, pese a las fuertes protestas internacio­nales. Las organizaci­ones humanitari­as exigen poder acceder a la zona de conflicto, donde se calcula que hay 400.000 personas asediadas.

Un nuevo informe del Observator­io Sirio de Derechos Humanos aseguró que entre las víctimas hay, al menos, dos menores. Además, infor- mó que los bombardeos se concentrar­on en las localidade­s de Kafr Batna, Madira, donde helicópter­os arrojaron barriles explosivos y más de 90 proyectile­s de artillería. Al mismo tiempo, aviones de combate atacaron las zonas de Yisrin, Ain Tarma, Mesraba y Arbín.

Frente al recrudecim­iento de la violencia, las alarmas de las organizaci­ones internacio­nales se encendiero­n. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió un cese del fuego inmediato. Además, caracteri- zó a Guta como un “infierno en la tierra”, preocupado por la imposibili­dad de que la ayuda humanitari­a pueda llegar a las zonas devastadas de la región. La atención sanitaria de los civiles heridos se torna cada vez más difícil: trece centros de asistencia fueron bombardead­os, tres de ellos quedaron totalmente destruidos, y 10 trabajador­es y voluntario­s murieron.

“Esta es una tragedia humana que ocurre frente a nuestros ojos, y creo que no podemos dejar pasar las cosas de este modo horrendo”, dijo Gute- rres. Además, agregó que realizó esfuerzos en el Consejo de Seguridad para acordar un proyecto de resolución que pida 30 días de cese al fuego en Siria, que permita el ingreso de ayuda humanitari­a y evacuacion­es médicas. Rusia tomó nota de las palabras de Guterres y el representa­nte del Kremlin en la ONU, Vassily Nebenzia, pidió al Consejo de Seguridad realizar una reunión hoy. Nebenzia aseguró que el encuentro es importante para que todos los involucrad­os puedan “presentar su visión sobre la situación y proponer formas de salir de ella”. A pesar de este claro gesto político, la posición de Rusia como aliada de Damasco dificulta que una medida como el cese al fuego pueda ser llevada adelante, como ya habían propuesto Suecia y Kuwait.

Hace casi una semana que Guta es objetivo de bombardeos que ya han causado al menos 310 muertos, entre ellos 72 menores, y 1.650 heridos, de acuerdo con los datos publicados por el Observator­io.

El gobierno ruso negó la participac­ión de sus aviones en los bombardeos, tal como denunció el Observator­io Sirio de Derechos Humanos. “Estas acusacione­s son infundadas. No se entiende en qué se basan. No aportan ningún dato concreto. No estamos de acuerdo con ellas”, declaró el portavoz de Moscú, Dmitri Peskov, a la prensa. Al respe cto, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, denunció “provocacio­nes armadas” por parte del Frente al Nusra, el grupo armado yihadista que controla Guta Oriental.

Al Nusra fue originaria­mente la filial siria de la red Al Qaeda, que en 2012 cambió su nombre por el de Frente Fateh al Sham. Lavrov había declarado que lo ocurrido en Aleppo, en 2016, donde las fuerzas leales al régimen lograron derrotar a los yihadistas, podría servir como modelo para Guta oriental. ■

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió un cese del fuego inmediato.

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AFP Muerte. Un grupo de víctimas de los bombardeos de las fuerzas sirias, bastión de los rebeldes, en el hospital de Kafr Batna, cerca de Guta.

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