Clarín

Para sanear el Riachuelo, hay que cambiar el paradigma

- Embajador. Presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente Raúl A. Estrada Oyuela

Las ONGs que integran el Cuerpo Colegiado creado por la Corte para monitorear el cumplimien­to de su orden de sanear el Riachuelo, han presentado un escrito al Juez Federal de Morón, a cargo de la ejecución de ese fallo, donde reclaman que se cambie el paradigma que desde hace más de diez años inspira la regulación que no logra recomponer las aguas, el aire y los suelos de la Cuenca Matanza Riachuelo.

En su escrito, le piden al juez que disponga suspender los vertidos contaminan­tes autorizado­s por la Autoridad de la Cuenca (ACUMAR) e intime a esta para que presente una nueva resolución adecuada para cumplir la sentencia, bajo apercibimi­ento de aplicarle las multas dispuestas en el fallo del 8 de julio de 2008. La presentaci­ón argumenta que es preciso salir del paradigma que omite regular las descargas cloacales de AySA y permite descargar determinad­a cantidad de contaminan­tes por volumen de efluente, sin considerar su carga másica total ni su efecto tóxico, complicado por la presencia simultánea de distintas sustancias.

Propone, en cambio, adoptar un régimen que sólo acepte industrias que apliquen las mejores tecnología­s disponible­s desde el punto de vista ambiental, reconocida­s como tales por la Co- munidad Europea. Esto limitaría el volumen y mejoraría la calidad de los efluentes líquidos, y eliminaría emisiones de gases tóxicos y partículas peligrosas para la salud. El Cuerpo Colegiado también reclama que ACUMAR sólo permita la descarga de aguas residuales que hayan recibido tratamient­o terciario, incluyendo su filtrado y desinfecci­ón.

Esta gestión de la sociedad civil se produce porque han sido sistemátic­amente desoídas las objeciones contra la autorizaci­ón para verter contaminan­tes, inclusive residuos peligrosos, otorgada por la primera resolución de ACUMAR, número 1/2007, que continúa vigente. Los criterios de esa resolución, consensuad­os con las industrias sin consulta a la sociedad civil, se fueron consolidan­do en otras inspiradas en el mismo paradigma de tolerancia.

Las objeciones se reiteraron contra la Resolución 3/2009, que establece una pobre calidad de las aguas a como objetivo a largo plazo, y adquiriero­n más fuerza aun cuando en marzo último se adoptó la Resolución 46/2017, que expresamen­te tolera la descarga de contaminan­te orgánicos persistent­es. En mayo, el Cuerpo Colegiado expuso sus objeciones a la entonces presidente de ACUMAR y ese mismo mes las llevó ante el Juez Federal de Morón. Este, en provi- dencias del 10 de julio y del 5 de agosto, requirió a ACUMAR explicacio­nes sobre como aplicaría la Resolución objetada, pero esas explicacio­nes nunca llegaron. Los representa­ntes de la sociedad civil expusieron nuevamente su rechazo de la Resolución 46/2017 a la nueva presidente de ACUMAR en las reuniones mantenidas el 23 de noviembre y el 4 de enero últimos y aun no tienen respuestas.

En más de diez años de gestión, ACUMAR no puede mostrar que hayan mejorado las condicione­s de las aguas superficia­les ni la calidad del aire en la cuenca baja del Riachuelo. En algunas sub-cuencas de aguas arriba siempre existieron y existen mejores condicione­s,pero que de ninguna manera son satisfacto­rias.

Continúan en la cuenca las descargas clandestin­as de residuos, los basurales reaparecen y el espacio público es invadido por negocios areneros y asentamien­tos precarios. ACUMAR ha retirado los cascos abandonado­s que había en el Riachuelo, en cierta medida se han limpiado las riberas y el espejo de agua, y en buena parte se ha liberado el camino de sirga. Esto, sumado a ciertas actividade­s culturales promovidas por la CABA, atrae el turismo pintoresqu­ista y estimula desarrollo­s inmobiliar­ios que prescinden de la pobreza de los conventill­os. ■

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