Confirman que en 2012 hubo otra muerte de un menor por amebas
Fue por un parásito que causa síntomas muy parecidos a los de la “ameba come cerebros”.
Causó conmoción el caso del nene de 8 años que murió por una meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la “ameba come cerebros”. Se infectó en la laguna Mar Chiquita, entre Junín y General Arenales. Sucedió en febrero del 2017, pero ahora el caso fue reportado y difundido por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID).
A partir de la difusión del tema, apareció otro caso de similares características. Un nene de 22 meses, oriundo de Santiago del Estero, falleció en 2012 por una infección por Balamuthia mandrillaris, un género de las llamadas “amebas de vida libre”, al igual que la llamada “ameba come cerebros”.
El dato fue confirmado a Clarín por el doctor Sixto Raúl Costamagna, ex presidente de la Asociación Parasitológica Argentina y referente en la materia. “El caso fue presentado en el Congreso de Parasitología. Fue diagnosticado como Balamuthia con la ayuda de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y por personal del Malbrán. Es el único caso del país del que tengo conocimiento”, precisó Costamagna.
A este nene le pasó algo parecido que al de General Arenales. “Acanthamoeba, Naegleria y Balamuthia producen problemas similares. Encefalitis granulomatosa amebiana o meningoencefalitis amebiana. Son parecidas”, agrega el experto.
Fueron muchos los síntomas. El pequeño tuvo parálisis facial y se le cerraba un ojo. Sufrió torpeza motora, marcada irritabilidad, y signos neurológicos patológicos. Tuvo fiebre y diarrea. Aunque el nene vivía en Santiago del Estero, había estado con su familia en Corrientes. Por eso, Costamagna supone que podría haberse contagiado “en los Esteros del Iberá. Por la temperatura y por el tipo de lugar sería una laguna adecuada para que se hubiese infectado”.
“De balamuthia mandrillaris hay muy poquitos casos, muchos menos que de Naegleria”, señala Costamagna. Agrega que el primer caso de in- fección en el hombre fue documentado en 1991 en un paciente con SIDA, ya que ataca generalmente a pacientes inmunosuprimidos. Hasta el 2012 había 200 casos en el mundo. La gran mayoría fueron mortales.
La información sobre la fuente de infección es poca y no se conoce con certeza cuál es la vía de entrada al organismo. Balamuthia ha sido aislada de la tierra, por lo que la manipulación de la misma o la inhalación de quistes podrían ser una fuente de infección. El agua también podría actuar como un vehículo de transmisión.
La ameba Balamuthia mandrillaris puede ingresar al organismo por cortes en la piel, y diseminarse hasta el sistema nervioso central, o ingresar a través del epitelio nasal al ser aspirada. ■