Lebbos recordó el día en que echó a Alperovich del velatorio de su hija
El papá de Paulina Lebbos declaró ayer en el juicio oral por el encubrimiento del crimen de la joven.
“¿Cómo se resumen tantas maniobras de encubrimiento de 12 años en tan pocas palabras?”, se preguntó ayer Alberto Lebbos, el papá de Paulina (23), al declarar como testigo contra los cuatro policías y un ex funcionario acusados de encubrir el crimen de su hija en la capital tucumana.
Lebbos habló durante más de tres horas ante los jueces de la Sala III de la Cámara Penal y repasó los doce años transcurridos desde el asesinato de su hija, una estudiante de comunicación que desapareció el 26 de febrero de 2006 y fue encontrada ase- sinada el 11 de marzo de ese año en las afueras de Tucumán.
El hombre, que entonces era director de Juventud de la provincia y renunció cuando comenzó a sospechar de las autoridades, dijo que él mismo tuvo que llevar a declarar a la amiga de Paulina, Virginia, que en la noche de su desaparició iba en el remís con ella y se bajó primero, y a la ex pareja de su hija, César Soto, a cuya casa tenía que ir la joven (y nunca llegó).
Sobre el día en que apareció el cuerpo de su hija, recordó: “Se adelanta Hugo Sánchez (el ex jefe de Policía de Tucumán) y me dice en forma muy ampulosa: ‘Señor Lebbos, después de un intenso rastrillaje en todo este predio encontramos un cuerpo’”, contó Alberto, que se quebró y continuó con los ojos llenos de lágrimas: “Yo me di cuenta que era Paulina, yo le he cambiado los pañales todos los días, le miro la cabeza y no tenía cabello, y Paulina tenía una cabellera impresionante”, afirmó. “Dije: ‘no es Paulina’, pero en el interior sabía que era ella porque le había visto el codo, doctor”, declaró , mirando a los jueces.
“Yo lo encontré conmocionado al fiscal (Carlos Albaca) y supe que había instrucciones de levantar el cuerpo del lugar”, declaró Lebbos ante la consulta del fiscal Carlos Sale sobre si hubo una discusión en el momento del hallazgo. Luego, Lebbos dijo que “esa idea” era del entonces secretario de Seguridad de Tucumán Eduardo Di Lella (hoy imputado en el juicio oral).
“La Policía nos preguntaba que por qué Paulina había tenido una hija a los 16 años, por qué tenía esa pollera cortita, por qué había ido a bailar a ese lugar ¡20.000 jóvenes iban a bailar ahí! En cada ‘por qué’ de esos la mataban de nuevo a mi hija, la estrangulaban de nuevo”, afirmó Alberto.
Y también recordó el día en que echó al entonces gobernador José Alperovich del velatorio de Paulina. “Se me acerca y me abraza. Me dice: ‘Quedate tranquilo, vos vas a cobrar todos los meses y no vas a trabajar”. Inmediatamente lo eché”, contó . Y también recordó un fallido de Alperovich, cuando declaró “ya estamos cerca de contratar al asesino”. Lebbos lo vinculó a la pista de Juan Pedro Cruzado, un remisero que dijo haber lleva- do a la joven, pero que luego fue desmentido.
El juicio tiene como acusados al ex jefe de Policía Sánchez, el ex subjefe de la Policía de Tucumán Nicolás Barrera, el ex subjefe de la Regional Norte Héctor Rubén Brito, el ex policía Hugo Waldino Rodríguez y el ex secretario Di Lella. Lebbos denunció que los policías fueron ascendidos y “amparados” por el poder político y que después de dejar la Fuerza, fueron “contratados” en otros cargos. “¿Qué cree que sentía yo cuando veía a los encubridores subidos a los escenarios oficiales haciendo la V de la victoria? La han asesinado un millón de veces a Paulina”, dijo Lebbos. ■