La verdad sobre Nisman, un cicatrizante para la grieta
Todos recordamos cuando la expresidenta nos dijo en cadena que “la denuncia de Nisman no tenía pies ni cabeza”.
Además, muchos registramos, tal vez, aquella escandalosa sesión marcada por la maniobra del FpV, que convocó de urgencia a dos diputados que habían renunciado y jurado en sus nuevos cargos provinciales el mes anterior, para que volvieran tras sus pasos, renunciando a sus juramentos y reasumiendo en el Congreso para sentarse en sus bancas, logrando con ello el tan ansiado quórum en la votación del Acuerdo con Irán, en febrero de 2013 (votado a los sopapos en el Congreso por una expresa orden suya). Un verdadero “vamos por todo”, pero además “hacemos lo que queremos con todo”.
Pasados ya dos largos años y tras el desarchivado de la causa, la junta interdisciplinaria de peritos determinará la verdadera causal de la muerte del fiscal. También la Justicia ordenó la revisión de llamadas y mails (entrantes y salientes) entre 2011 y 2015 (de Cristina y los involucrados en la frustrada denuncia ).
Es probable que estas pruebas nos lleven a conocer la verdad sobre lo que el malogrado fiscal Alberto Nisman no llegó a presentar, pero le dejó a la sociedad como legado póstumo.
La verdad y sólo la verdad, en este caso, será el “cicatrizante necesario” para cerrar la herida abierta como una grieta en el cuerpo social de todos los argentinos. Juan Manuel Irala jumirala@gmail.com