Clarín

El Gobierno cambia la agenda y dará libertad de acción para votar

Movida política. El Presidente pidió no obstaculiz­ar ningún debate. Se prevé una grieta en el kirchneris­mo y el PJ. Muchos ya se preguntan qué hará Cristina.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

“Nosotros estamos a favor de la libertad de la gente. No estamos en contra de nadie. Ni de los homosexual­es ni de las religiones. Que cada uno haga lo que quiera. Y si una señora quiere abortar, que aborte”.

La frase lleva la firma de Jaime Durán Barba. Se la dijo a Clarín el mediodía del 19 de noviembre de 2015, a los pies del monumento del Trópico de Capricorni­o, en Huacalera, Jujuy, horas antes de que Mauricio Macri cerrara su campaña rumbo al balotaje con Daniel Scioli.

-Pero en la Argentina el aborto no es legal.

- Lo vamos a cambiar- desafió el estratega de Cambiemos.

Por el hermetismo con el que se ha manejado la movida en la cima del poder, es prematuro afirmar si la Casa Rosada venía evaluando la idea de darle luz verde a la discusión de la despenaliz­ación del aborto desde aquel acto en Jujuy, si se demoró por la resistenci­a del ala dura del macrismo que tiene fuertes vínculo con la Iglesia Católica o si se trató de una de- cisión repentina derivada de la presión de un sector social que se viene manifestan­do frente a las narices de los legislador­es. Lo que sí es seguro es que el tema podría poner patas para arriba la agenda política en la Argentina.

“Esto lo cambia todo”, asumía anoche un importante funcionari­o que viene de ser uno de los voceros del oficialism­o en la pelea con Hugo Moyano y los gremios que adhirieron a la marcha del miércoles. No se trata de un dirigente que aspire a que el proyecto tenga éxito en el Congreso, al contrario. La decisión, decía, pasa por otro lado: “No vamos a obstruir ni a cajonear ningún debate parlamenta­rio. No somos el kirchneris­mo. Si tiene que llegar al recinto la cuestión del aborto, que llegue. Después serán los diputados y los senadores los que tendrán que votar”.

Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, es otro de los representa­ntes del macrismo que se moverá para que el proyecto no sea aprobado. Pero reconoce que son tiempos de cambios y que el país tiene que estar a la altura. “El aborto está golpeando las puertas del Congreso y va a ser imposible no debatirlo”, confía a Clarín.

Aunque en principio en Cambiemos hay más voces en contra que a favor de la despenaliz­ación de la interrupci­ón de un embarazo, la sola posibilida­d de habilitar la discusión establecer­ía una diferencia con el kirchneris­mo. Cristina Kirchner nunca habilitó esa posibilida­d como Presidenta. Hoy, en el Frente para la Victoria hay muchos dirigentes que reclaman una ley en los medios y las redes sociales. Desde Juliana Di Tu- llio -que presidió el bloque kirchneris­ta en Diputados, pero nunca se atrevió a desafiar a su jefa- hasta Máximo Kirchner. El diputado asistió a la marcha de Moyano con un pañuelo verde que propone el aborto legal, gratuito y seguro.

Las deliberaci­ones en el Congreso provocarán un hecho curioso: la grieta ya no será entre macristas y kirchneris­tas sino que penetrará en el corazón de sus propias fuerzas. Lo mismo pasará en el peronismo clásico y en el massismo. En principio, el único partido que tiene una posición unánime, a favor, es el Frente de Izquierda.

“Yo no sé si esto salió de la cabeza del Presidente, lo que sí sé es que la mayoría de los dirigentes que lo ataca diciendo que es la derecha ahora tendrá que ver dónde se para”, afirma un diputado del radicalism­o que ayer participó de la reunión con Marcos Peña en la Casa Rosada.

La gran pregunta que ya algunos se hacen con maldad en el macrismo es cuál será el comportami­ento de Cristina cuando la pelota pase al Senado. Otro que podría estar en un gran dilema es el presidente del PJ, José Luis Gioja. ¿Se animará a unificar un criterio en su partido? El kirchneris­mo duro, que en los últimos tiempos pareció abrazar la consigna a favor de la despenaliz­ación del aborto, también tiene entre sus filas a su último presidenci­able, Daniel Scioli, un hombre de buen vínculo con el Papa.

La postura de Mauricio Macri será no involucrar­se d elleno con el debate. Esto es: no bajará línea a sus diputados y senadores sobre cómo tienen que votar. “Habrá libertad de conciencia”, prometen. ■

“El aborto golpea las puertas del Congreso y va a ser imposible no debatirlo”, dice Monzó.

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Encuentro. El presidente Macri y la gobernador­a Vidal, ayer en la Casa Rosada, con familiares de las víctimas de la Tragedia de Once.

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