La Iglesia pidió escuchar “las distintas voces” en el debate sobre el aborto
Reacción de los obispos a la iniciativa del oficialismo
La Conferencia Episcopal mostró una posición más moderada de lo esperado tras la iniciativa del Gobierno para que se debata en el Congreso una ley de despenalización del aborto. El documento reafirma la defensa de la vi- da “desde el comienzo de la concepción”. Pero llama a tener en cuenta la situación de mujeres abusadas o en situación de pobreza. El tema divide a todos los sectores políticos y es incierto el resultado de la votación.
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La Iglesia católica en el país no rechazó ayer un debate en el Congreso sobre la despenalización del aborto, luego de que el gobierno decidiera no bloquear su tratamiento legislativo y respetar “libertad de conciencia” a sus legisladores oficialistas. Eso sí, abogó para que su consideración parlamentaria y en los distintos estamentos de la sociedad “nos encuentre preparados para un diálogo sincero y profundo que pueda responder a este drama, escuchar las distintas voces y las legítimas preocupaciones que atraviesan quienes no saben cómo actuar, sin descalificaciones, violencia o agresión”.
En una declaración titulada “Respetuosos de la vida”, la cúpula del Episcopado señala que “junto con todos los hombres y mujeres que descubren la vida como un don, los cristianos también queremos aportar nuestra voz, no para imponer una concepción religiosa, sino a partir de nuestras convicciones razonables y humanas”. Pero reitera su oposición al aborto, al afirmar que aún en situaciones difíciles para la mujer “la pregunta humana y ética es: “¿hay que optar por una vida y eliminar otra?”. Subraya que “la solución o el camino” ante ello son “políticas públicas”.
El debate legislativo sobre la despenalización del aborto quedó desbloqueado por el Gobierno tras una reunión de coordinación de la agenda parlamentaria de este año, encabezada por el jefe de Gabinete Marcos Peña. Del encuentro participaron los principales exponentes legislativos del oficialismo en ambas cámaras.
Pese a que durante la presidencia de Cristina Kirchner se sancionó la ley de matrimonio igualitario y al deseo de muchos de sus legisladores, la entonces mandataria –que se opone al aborto- no habilitó el debate. En el oficialismo -Mauricio Macri también se manifestó en contra de la interrupción voluntaria del embarazo y las opiniones entre sus legisladores están divididas- se propicia un debate amplio. Las proyecciones arrojar un resultado reñido en la Cámara de Diputados y un posible rechazo a la despenalización en el Senado.
Los obispos comienzan expresando el gozo que provoca la llegada de un nuevo ser o se redescubre “la belleza de esa vida que viene en camino”. Pero señalan que “para otros, la concepción de esa vida no fue fruto de un acto de amor, y hasta pudo haber sido consecuencia de una acción de abuso y violencia hacia la mujer. Allí es cuando surge la pregunta humana y ética sobre qué hacer”.
“En la forma de responder la pregunta agregan- se cae muchas veces en plantear un enfrentamiento entre dos personas en situación de vulnerabilidad. Por un lado la mujer, que no decidió ser madre, suele encontrarse en soledad y la mayoría de las veces en un contexto de pobreza; por otro lado, la vulnerabilidad de la vida humana concebida que no se puede defender”. Y agregan: “Debiéramos escuchar tanto las madres embarazadas que sufrieron una terrible violencia sexual, como contemplar el derecho a la existencia de los inocentes que no pueden defenderse. La pregunta humana y ética es: ¿hay que optar por una vida y eliminar a otra?
Advierte luego que “la eliminación de la vida humana del que no se puede defender instaura el principio de que los más débiles pueden ser eliminados; acepta que unos pueden decidir la muerte de otros. Hace unos años con la sanción de la Ley “Asignación Universal por Hijo”, el Congreso demostró una vez más en su historia republicana un alto grado de sensibilidad humana a favor de la familia y de la vida de los niños y jóvenes más pobres. ¿No se podrá continuar por ese camino legislativo?”.
Y concluye: “La solución o el camino para abordar estas situaciones es la implementación de políticas públicas”. Menciona que se “establezcan como prioritaria la educación sexual integral de la ciudadanía, en la que se fomente y capacite para la decisión libre y responsable de concebir una vida humana”. ■