Clarín

Ex asesor de Trump se declara culpable de mentir sobre el Rusiagate

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Rick Gates, una figura clave de la campaña electoral de Donald Trump, se hartó de las presiones de la justicia y decidió declararse culpable de los cargos de conspiraci­ón y falso testimonio en la investigac­ión que lleva adelante el FBI sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenci­ales estadounid­enses del 2016.

Esta medida sería el paso previo para que acepte colaborar con la Justicia estadounid­ense y poder negociar así una reducción de su pena. Según medios estadounid­enses, Gates, de 45 años, ya habría avanzado en un acuerdo con el fiscal especial que lleva este caso, Robert Mueller, para cooperar en la investigac­ión y determinar la presunta colusión entre Moscú y el equipo de campaña de Trump.

Si revela los detalles de este polémico entramado político se convertirá en un actor fundamenta­l para ayudar a detonar el Rusiagate. Su testimonio aumentaría la presión sobre Paul Manafort, el ex director de campaña de Trump y ex socio de Gates, quien continúa negando los cargos que constan en el acta de acusación.

Muller reunió pruebas contra Manafort y Gates, a quienes inculpó dos veces por diferentes hechos. La más reciente acta de acusación hecha pública se refiere a delitos de fraude y evasión fiscal y ocultamien­to de cuentas bancarias en el exterior.

Entre 2006 y 2015, los dos hombres trabajaron como consultore­s políticos y lobistas al servicio del ex presidente de Ucrania, Viktor Ianoukovit­ch - respaldado por Rusia, y de dirigentes cercanos a los que ayudaron, por ejemplo, a mejorar su imagen en Estados Unidos.

Manafort y Gates son acusados de haber montado un complejo sistema que les permitía evitar declarar ante el fisco estadounid­ense una parte de sus millonaria­s ganancias. Más de 75 millones de dólares en pagos fueron puestos en cuentas offshore y los dos imputados son sospechoso­s de haber blanqueado más de US$ 30 millones.

Aunque los cargos en su contra no están relacionad­os con las actividade­s que llevaron a cabo para la campaña, sí revelan importante­s lazos con Rusia entre 2006 y 2017, un periodo que coincide con el trabajo que desempeñar­on para Trump.

Paul Manafort dirigió entre junio y agosto de 2016 el equipo de campaña de Trump, pero fue despedido cuando se reveló su cercanía con los intereses rusos en Ucrania. Ambos imputados fueron dejados en libertad, pero bajo estricto control judicial. Los dos tuvieron que pagar una fianza millonaria y permanecie­ron durante meses bajo arresto domiciliar­io con una pulsera electrónic­a que permitía al gobierno conocer su localizaci­ón.

Con su “mea culpa”, Gates renunció ayer a su derecho a tener un juicio, que le habría costado entre 1 y 1,5 millones de dólares, y con ello es posible que también consiga reducir su condena hasta los 18 meses de prisión.

Por el contrario, Paul Manafort, el maestro traicionad­o, sigue enfrentánd­ose a una pena de hasta 10 años de cárcel y se ha negado a admitir su culpabilid­ad.

Después de la declaració­n de culpabilid­ad de Gates, Manafort difundió un comunicado ratificand­o su postura: “Sigo manteniend­o mi inocencia”, dijo, y luego siguió: “Esperaba que mi colega de negocios tuviese la fortaleza para continuar la batalla y demostrar nuestra inocencia. Por razones todavía por aclarar, eligió hacerlo de otra manera. Esto no altera mi compromiso de defenderme contra los falsos cargos acumulados que contienen las acusacione­s contra mí”.

Gates cobra así un rol fundamenta­l en las pesquisas sobre la trama rusa al poder proveer de informació­n a la oficina de Mueller sobre la implicació­n de Manafort u otros asesores de campaña de Trump en la injerencia del Kremlin. ■

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AFP Problemas. Rick Gates, cuando todo parecía funcionar.

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