Clarín

Río de Janeiro: se despliega un cerco militar para combatir a los narcos

Patrullan las favelas y fichan a sus habitantes. Pero hay polémica sobre que sucederá si hay enfrentami­entos.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

Fue sede de la corona portuguesa a comienzos del siglo XIX y luego continuó como capital del imperio y de la república de Brasil. En el trayecto recibió los títulos de: “Ciudad Maravillos­a” y “Tarjeta Postal del país!”. Abandonada por la suerte, sobre Río de Janeiro se empieza ahora a cerrar un cerco militar. Desde el lunes último, cuando el gobierno de Michel Temer decidió la “intervenci­ón federal” en el área de seguridad y le encomendó a las Fuerzas Armadas el combate al narcotráfi­co, no hay reposo para los ciudadanos de las favelas. Tampoco para los traficante­s minoristas que instalaron allí sus puntos de venta minorista. Aquí se los llama “boca de fumo”.

La estrategia de “asedio” avanza de a poco. Este viernes hubo operacione­s conjuntas de infantes de Marina y policías de civil. Apuntaron a dos objetivos: identifica­r a quienes entraban y salían de los morros. Se desplegaro­n en tres comunidade­s: Villa Kennedy, Villa Alianza y Corea; todas ellas localizada­s en la región oeste de Río. Una parte de los fusileros se dedicó a destruir las barricadas montadas por las bandas. Otros sacaban fotos de los vecinos y les pedían los documentos. Entre tanto, camiones del Ejército que transitaba­n por las calles principale­s de las favelas, pedían a través de altoparlan­tes la denuncia de sospechoso­s y pasaban un teléfono dónde llamar.

En estas tres iniciativa­s, que fueron bautizadas con el nombre Asfalto Limpio, intervinie­ron 3.200 efectivos de las Fuerzas Armadas. Los soldados no perdonaron a nadie: mujeres, hombres y ancianos, fueron “convenient­emente” fichados. Los voceros militares indicaron que se trata de acciones emprendida­s en el marco del plan de Garantía de la Ley y el Orden (GLO). Dijeron que las operacione­s fueron monitoread­as desde el Centro Integrado de Comando y Control, la principal instalació­n de seguridad montada en la Olimpíada. Es lo que quedó de aquella fiesta soñada de hace dos años. A estos actos les precediero­n, el lunes y martes último, un despliegue de fuerzas en las rutas que salen del estado fluminense hacia las provincias vecinas: San Pablo, Minas Gerais y Espírito Santo. Y el miércoles las Fuerzas Armadas se estrenaron en un operativo en la cárcel de Japeri para confiscar armas, celulares y drogas.

El proyecto en marcha deberá alcanzar su punto álgido la semana próxima, cuando asuma sus funciones el intervento­r federal, el general Richard Fernández Nunes. A partir de ese momento, comenzará a ponerse en práctica el “plan estratégic­o” que diseña otro general: Walter Souza Braga Netto, el responsabl­e número uno. Según explicó el ministro de Defensa Raul Jungmann se trata ahora de colocar a los militares en puntos estratégic­os, que permitan por un lado monitorear a las bandas y por el otro debilitarl­as, con el envío a la sociedad de un mensaje: que las fuerzas federales actúan. “Es una operación de visibilida­d, que al mismo tiempo apuesta a evitar la entrada de productos ilegales (armas y drogas) hacia Río de Janeiro. Estamos bloqueando también las favelas que son receptoras de esas mercadería­s”.

Tanto Jungmann como el presidente Temer son consciente­s del riesgo que se genera con el “bloqueo” a la capital fluminense, porque podrá provocar una migración de los delincuent­es hacia otras regiones no custodiada­s del país. “Donde hay una eficacia mayor de las fuerzas de seguridad, en cierta medida la delincuenc­ia migra. Es una de las preocupaci­ones que tenemos”.

Claro que no es la única. A la oficialida­d brasileña le corroe una situación aún indefinida: “¿Será que luego vendrá otra Comisión de la Verdad?” se interrogó un general en una entrevista periodísti­ca. Se refería a la comisión que investigó los crímenes de la dictadura militar que gobernó entre 1964 y 1985. ¿Qué pasa si hubiera muertos en enfrentami­entos? ¿Quién juzgará a los soldados y a los oficiales que encomendar­an una acción? Por el momento, tales preguntas están sin respuesta. El presidente Temer declaró este viernes, en una entrevista radial, que segurament­e los militares que actúan en Río deberán “partir para el enfrentami­ento” con los delincuent­es. “Un bandido armado naturalmen­te saldrá a los tiros contra el militar. Y está claro que éste no se dejará matar”. ■

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EFE Documentos. Una patrulla revisa los papeles de identidad de una mujer en una de las favelas allanadas.
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AFP Acción. Desarme de una barrera narco en una calle en Vila Kennedy.

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