Una manifestante contra el velo revoluciona las redes en Irán
La imagen de una mujer solitaria protestando contra el código de vestimenta que rige en Irán desde la Revolución de 1979 se viralizó rápidamente en las redes sociales, y se convirtió en todo un símbolo de rebeldía.
El vídeo, que muestra a un policía empujando a la joven mujer que manifiesta contra la obligatoriedad de usar el velo islámico, recorrió el mundo a través de Twitter, Facebook e Ins- tagram. La protesta se produjo en la calle Engheland, una de las avenidas más importantes de Teherán. Es el mismo lugar donde en diciembre del año pasado detuvieron a una mujer por protestar contra el uso del velo islámico.
El ejemplo de esta primera joven iraní fue seguido por muchas otras a lo largo del país, y en enero sumaban 29 las mujeres detenidas por realizar actos de protesta similares.
La mujer del vídeo, que circuló ayer por las redes, aparece parada sobre una caja eléctrica de la vía pública, con su cabello largo amarrado en una cola de caballo. De pronto dos policías le ordenan bajar, uno de manera autoritaria, el otro con más cortesía. La mujer se mantiene estoica y responde varias veces con voz tranquila: “Dígame qué es lo que estoy haciendo mal y bajaré”. Los agentes le responden: “Perturbación al orden público”.
Una multitud de gente, se junta a su alrededor. Un hombre lanza la consigna: “íAplaudamos!”, y se escuchan algunos aplausos. En una segunda secuencia del vídeo, probablemente filmada desde un teléfono, uno de los dos policías se eleva al nivel de la mujer y la empuja, haciéndola caer. Entre los espectadores indignados, un hombre pregunta, “¿dónde están los derechos humanos?”. Mientras el vídeo y el episodio es objeto de miles de comentarios en Irán, se desconocía este viernes la fuerte de la joven manifestante.
La ley en vigor en Irán desde la Revolución islámica de 1979 impone a las mujeres de salir a la calle sin el velo y deben llevar el cuerpo cubierto con un vestido relativamente largo.
Las “manifestaciones de la calle “Engheland” comenzaron como una respuesta a la campaña lanzada por la activista Masih Alinejad (que vive autoexiliada en EE.UU.), fundadora de la página “My Stealthy Freedom” (Mi libertad clandestina) donde mujeres de todo el país publican imágenes de su cotidianidad sin velo, muchas de ellas tomadas de forma secreta en lugares públicos. La página web convoca a las iraníes a que los días miércoles vistan pañuelos de color blanco y se los quiten en señal de protesta. Si bien, desde hace dos décadas la vigilancia, por parte de la policía religiosa, acerca del cumplimiento del código de vestimenta ya no es tan riguroso, para las mujeres iraníes el uso compulsivo de la híjab sigue siendo una imposición que atenta contra sus libertades individuales.
En Irán la política no está separada de la religión y se rige por la sharia, que está sujeta a la interpretación de cada gobierno, no posee un código legal definido. ■