Que el básquet se federalice, una buena intención
La premisa es federalizar. Que la Selección visite locaciones en las que no juegue habitualmente. Que el público pueda ver en acción a esos jugadores que, en buena parte, ya no transitan las canchas de la Liga Nacional. Incluso en el caso de aquellos que todavía se desempeñan en el medio local, la cuestión es acercarlos a puntos del país que no gozan de la participación de equipos en el más alto nivel. Aunque eso, en un país en el que el básquet mira de atrás a otros gigantes como el fútbol o el automovilismo, requiere de esfuerzos extra.
En la primera ventana le tocó a La Rioja. Ahora fue el turno de Olavarría, que pese a tener una rica historia con Estudiantes, hace tiempo no tiene en su suelo juegos de Liga Nacional (el Bataraz está en la Liga Argentina, ex TNA).
La cancha no desbordó, pero ofreció un buen marco de público, con cerca de cuatro mil personas que se dieron el gusto de ver en vivo a los representantes del único campeón olímpico no llamado Estados Unidos desde que los NBA juegan el máximo evento deportivo del mundo.
Con las dificultades que viven la mayoría de los clubes para sostener las estructuras basquetbolísticas, el club de Olavarría no es la excepción. Pero no por eso la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) iba a dejar de hacer los esfuerzos para traer al equipo. Por eso se contrató un flete para mudar las jirafas desde el CeNARD, ya que las del estadio del Parque Carlos Guerrero no cumplían los estándares de la Federación Internacional (FIBA).
Las dos pantallas que se utilizaron para el entretenimiento del público también fueron traídas desde Buenos Aires, así como los tableros que marcan el resultado, tiempo y puntajes y faltas de cada jugador. En este sentido, la Confederación tiene en sus planes la compra de estos elementos para utilizarlos en cada provincia que se visite. ■