Cuando se contamina la ecología humana

Que cada vez más empresas impulsen prácticas innovadoras en pos de “humanizar” sus prácticas produjo, en los últimos años, un contagio positivo entre las organizaciones. Pero es sólo una cara del asunto, ya que el estado general de la cuestión no es positivo: entornos laborales contaminantes, donde las compañías evidencian una falta de conciencia sobre la destrucción de la llamada “ecología humana”.

Porque, así como existe un equilibrio del medio ambiente, la “ecología humana” puede verse afectada en entornos laborales nocivos: jornadas llenas de presiones y tensiones, que no permiten que los empleados ejerzan adecuadamente su rol familiar. O peor, que no tengan tiempo para estar con sus seres queridos, piezas indiscutibles de su vida y felicidad, según los conceptos que despliega Elena Ordónez y Revuelta, coordinadora e investigadora del Centro Walmart Conciliación Familia y Empresa (CONFyE), del IAE Business School.

Patricia Debeljuh, del CONFyE del IAE Business School, suma conceptos: “Vivimos en una sociedad en la que se pierde de vista que debemos cuidar a la familia, entendiéndola como el hábitat natural del desarrollo de las personas. Es el ambiente en el que somos valorados por como y quienes somos, y no por lo que podemos hacer o lo que tenemos. Para cuidar el ‘ser’ es necesario trabajar en la familia, que es el ambiente en que se nace”.