Los docentes porteños deciden hoy si el jueves empiezan las clases
Rechazarán el 12% de aumento que les ofrecieron. A nivel nacional analizan un paro el 5 y 6 de marzo.
Un año más el comienzo de clases resulta una incógnita a pocas horas de que los chicos tengan que volver a ponerse el guardapolvo blanco. En los últimos días casi toda la atención estuvo puesta en la paritaria docente bonaerense, clave para el resto del país al haber eliminado el presidente Mauricio Macri la paritaria nacional. Pero por estas horas son las familias porteñas, que mandan a sus hijos a escuelas primarias públicas (alrededor de la mitad en el distrito) las más urgidas de saber si este jueves finalmente habrá escuela para sus hijos. Se esperan reuniones gremiales clave en las que nadie descarta un paro. Por el momento no está claro qué sucederá. Reina la incertidumbre.
Como bajo continuo aparece el ritmo que impone CTERA: el mayor sindicato nacional espera los mandatos de las asambleas provinciales para su congreso de esta semana, cuya fecha podría ser el viernes próximo pero aún no está definida. La anulación de la negociación salarial con el ministro Alberto Finocchiaro podría determinar dos días de paro a partir del 5 de marzo, cuando deberían comenzar las clases la gran mayoría de los distritos del país, incluida la provincia de Buenos Aires.
En la Ciudad las autoridades decidieron en diciembre que las clases comenzaran el jueves 1° de marzo, en lugar del lunes 5. La explicación oficial fue que de otra manera no podían llegar al objetivo de los 190 días de clases. Pero al mismo tiempo eso genera una situación particular: en caso de que los sindicatos locales decidan plegarse a la medida de fuerza nacional sin sumar una propia, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, lograría que en su distrito las clases comiencen con un aumento salarial de sólo el 12% en tres cuotas.
La pista más firme en la Ciudad es que hoy habrá plenario de UTE y el martes de UDA y Ademys. Fuentes gremiales plantearon la posibilidad de que se vote un paro como rechazo a la oferta del 12%. En ese caso habría dos escenarios probables: que la decisión sea sumarse a un paro nacional que convoque CTERA, o llamara otra medida de fuerza desde este mismo jueves, lo que dejaría al distrito en la peor de las situaciones. Es decir, afectado por un paro local y, eventualmente, otro nacional.
Como sea, mientras Finocchiaro ha decidido quedarse al margen de las negociaciones con el argumento de que la Nación no administra salarios docentes, las autoridades porteñas y bonaerenses aspiran a seguir negociando salarios durante los primeros días de marzo, pero con los chicos en las aulas. Se trata del segundo año consecutivo en el que no hay paritaria nacional.
La oferta de la ministra de Educación, Soledad Acuña, se mantuvo hasta ahora por debajo de la inflación proyectada para el año y es menor, también, a la que los gremios bonaerenses rechazaron en la Provincia (ver Vidal buscará mañana...). Fuentes de confianza de la ministra Acuña explicaron que esa diferencia en las ofertas de ambos distritos está vinculada, entre otras cosas, a que los sa-
Los gremios reclaman un 24% de aumento en la Ciudad. La nueva oferta, similar a la primera.
larios docentes en la Ciudad figuran entre los más elevados del país. Explican que el salario de un maestro de jornada completa sin antigüedad estaría llegando, con el aumento, a 31.850 pesos. Los gremios reclaman que el incremento sea del 24%.
En la nueva reunión paritaria porteña, que fue convocada para el miércoles a las 15 -apenas 17 horas antes del inicio del ciclo lectivo-, el gobierno haría una nueva propuesta. Aunque según las fuentes consultadas esta segunda oferta no se movería sustancialmente de la primera.
En conclusión, esta tarde se podría empezar a vislumbrar alguna pista de lo que sucederá el jueves. Habrá que esperar la oferta que Rodríguez Larreta haga el miércoles y estar atentos a lo que se decida a nivel nacional, también esta misma semana. Un rompecabezas que, igual que las cartucheras y mochilas de los chicos, ya es costumbre que las familias deban ponerse a armar en las vísperas de cada comienzo de clases. ■