Una grúa les destruyó el techo: ya volvieron a su casa pero esperan los arreglos
Fue hace un mes. El brazo hidráulico se desplomó mientras pasaba una pileta por sobre la vivienda. La empresa pagará los costos pero la reparación aún no comenzó.
Aquel sábado 27 de enero la familia Otelli Morales amaneció sabiendo que no iba a ser un día ordinario. Después de analizarlo durante un tiempo, habían decidido colocar una piscina de fibra de vidrio en el patio de su casa, en Saladillo al 2600, Mataderos. Ni una pelopincho ni una de material. De las primeras, tuvieron varias; y como tampoco querían pasar por una obra -lo que implica albañiles y polvo en toda la casa-, optaron por las clásicas azules rígidas. Claro que había un detalle: ingresarla hasta el patio, pasando por sobre los techos de una casa de dos pisos. Para esta movida, contrataron a una empresa de grúas. Y entonces sí, ese sábado todo estuvo listo para el operativo.
Quizá para otro vecino, la idea de pasar una piscina sobre el techo de su casa habría parecido inverosímil; no para Néstor Otelli, que es dueño de una empresa de construcciones.
Sin embargo aquel sábado, todo salió mal. Porque la grúa, antes de apoyar la pileta en el suelo del patio, perdió estabilidad y su brazo hidraúlico partió al medio el techo a dos aguas de la casa. Dos volquetes que se encontraban en la vereda le hicieron de tope involuntario y evitaron que la grúa cayera por completo de costado. Las seis ruedas derechas del enorme vehículo quedaron en el aire y todo el costado izquierdo, apoyado en los contenedores.
"El segundo piso -en donde funcionaba un escritorio y un playroom- se encuentra sellado e inutilizado. Podemos usar la planta baja y el primer piso de la casa. En diferentes lugares de la vivienda hay microfisuras, pero nada que nos impida habitarla, más allá de alguna filtración mínima cuando llueve", le contó Néstor a Clarín. La primera semana vivieron en casas de amigos y regresaron cuando la Guardia de Auxilio y Emergencias de la Ciudad constató que no había riesgos estructurales.
En estas últimas semanas Néstor Otelli y Stella Maris Morales dejaron en stand by los trámites con abogados, arquitectos y peritos. Es que la madre de Néstor enfermó y falleció : "Al fin y al cabo todo lo que sucedió con la casa y la grúa es meramente material", dijo el hombre. En los próximos días reactivará el proceso para avanzar con el resarcimiento.
"Mi socio es arquitecto y el proyecto será realizado por mi propia empresa. Cuando lo tengamos listo podremos ponerle fin a una parte de esta historia y comenzar la otra parte, porque será una gran obra que va a cambiar nuestra casa", contó Néstor.
Se guarda para sí mismo la visión de lo que ocurrió aquel día. Es un hombre de experiencia, trabaja en obras de toda la vida y también cono- ce el funcionamiento de este tipo de grúas. Pero prefiere callar y dejar que las pericias digan qué ocurrió.
Y aunque esos estudios aún no concluyeron, especialistas le dijeron a Clarín que "la grúa era nueva y fabricada en China. Tiene un mecanismo que le permite balancear el movimiento del brazo hidrálico. Son maquinarias que pueden levantar diez veces más de lo que pesa una pileta de fibra de vidrio. Por eso, este tipo de accidentes, siempre se vinculan con la falla humana. Puede suceder también que haya fallado, por supuesto, pero no parece probable que semejante grúa salga a la calle con su mecanismo dañado".
Según un experto en cálculo de obras "y en base a las tomas de drones que filmaron la casa, se puede ver que hay dos techos. Ambos con un ancho de 8,66 metros. El techo más alto tiene faldones de entre 8 y 9 metros; el más bajo, que no se ve desde la vereda, de 3,5 metros. Con estas dos medidas, podemos inferir que ambos techos tienen unos 200 metros cuadrados. Reconstruirlos, con tejas francesas, treparía a los $ 338.000". Además, explicó, hay que calcular la demolición del techo actual, y la medianera. En definitiva, la reconstrucción total tendría un presupuesto cercano a los US$ 100.000". El costo lo cubrirá la empresa de las grúas.
Por estos días, en el patio de la casa de los Otelli Morales trabaja la empresa que tenía a cargo la colocación de la pileta, al menos para terminar esa tarea. Lo que viene, aún para la familia, es incierto: todavía no saben cuándo arranca la obra. Lo que sí saben es que los curiosos que se sacan selfies dejarán de pasar cuando todo vuelva a la normalidad. ■
El segundo piso, donde tenían un playroom, quedó inutilizado. Y hay algunas filtraciones.