Clarín

El represor con más condenas

LUCIANO BENJAMÍN MENÉNDEZ

- Alberto Amato Especial para Clarín

Simbolizó el ala más dura en la dictadura militar de los 70. Murió ayer, a los 90 años.

Tuvo dos raros privilegio­s: fue el general más joven de la historia reciente del país, promovido en 1972 a los 45 años, por el gobierno de facto de Alejandro Lanusse y, en el final de su vida, fue el militar que más condenas sumó por secuestros, crímenes y torturas cometidos durante la última dictadura militar. Cuando recibió sus palmas de general, Luciano Benjamín Menéndez, que murió este martes en Córdoba a los 90 años, resumió su particular visión de la realidad en una frase: “Necesitamo­s una guerra por generación”.

Pese a sus devaneos bélicos, no hay noticias de que Menéndez haya participad­o alguna vez de batalla alguna. Comandó, en cambio, antes y durante la dictadura, el poderoso Tercer Cuerpo de Ejército, el segundo en importanci­a del país; dirigió la represión ilegal de la subversión en diez provincias del centro y noroeste; tu- vo a su cargo los mayores centros clandestin­os de detención, tortura y exterminio de Córdoba: La Perla, el más grande del interior del país, Malagueño o Perla Chica, La Ribera o La Escuelita y el D-2, el Departamen­to de Inteligenc­ia de la policía provincial; fue acusado de ejecutar en persona a varios secuestrad­os y de establecer con los oficiales a su mando un “pacto de sangre” en el que todos participab­an de un asesinato y amparó el accionar del Comando Libertador­es de América, una banda terrorista de ultraderec­ha, similar a la Triple A, formada por militares, policías y civiles y comandada por el capitán Héctor Pedro Vergéz, que sembró el terror en la Córdoba previo al 24 de marzo de 1976.

Fue en esos días de agosto de 1975 cuando, en un anticipo de lo que se avecinaba, los padres y hermanos de Mariano Pujadas, un guerriller­o que tres años antes había sido fusilado en un falso intento de fuga en la base naval Almirante Zar, de Trelew, fueron secuestrad­os en Córdoba, asesinados, arrojados a un pozo y volados con dinamita. La Justicia investigó estos casos, surgidos de los testimonio­s desgranado­s durante el juicio a las Juntas militares de 1985, y la responsabi­lidad de Menéndez en el secuestro, tortura y desaparici­ón o muerte de un número todavía no determinad­o de personas: sólo en la causa “La Perla”, Menéndez fue hallado culpable de la desaparici­ón de 282 personas, entre ellas un chico de diez años, de 52 homicidios, 260 secuestros y 656 casos de tortura.

Por esa causa judicial, Menéndez fue condenado reclusión perpetua, la condena número 15 que recibió, 13 de ellas a reclusión o prisión perpetuas. La Justicia también condenó por crímenes de lesa humanidad a Vergez, al ex mayor Ernesto “Nabo” Barreiro y a otros 35 represores.

Menéndez había nacido el 19 de junio de 1927 en San Martín, provincia de Buenos Aires. Era hijo de un militar: de allí, dice la leyenda apologétic­a, su sobrenombr­e de “Cachorro”.

Era sobrino del general Luciano Menéndez, quien en 1951 de alzó contra el gobierno de Juan Domingo Perón, que bautizó el intento de golpe como “una chirinada”. Y era primo del general Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar de Malvinas durante la guerra de 1982, quien rindió la plaza a los ingleses.

Alumno de la escuela contrarrev­olucionari­a francesa, que acercó al país los sistemas de tortura practicado­s en la guerra de independen­cia de Argelia, y entrenado él mismo en la doctrina de la seguridad nacional en la base militar estadounid­ense de Fort Lee, en el estado de Virginia, en diciembre de 1978, en medio de la alocada carrera militar hacia la guerra con Chile por las islas Picton, Lennox y Nueva en el canal de Beagle, Menéndez lanzó otra de sus bravatas, reflejadas por la prensa chilena: aseguró que “los corremos hasta la Isla de Pascua, el brindis de fin de año lo haremos en el Palacio de la Moneda y después iremos a mear el champagne en el Pacífico”. ■

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 ?? ENRIQUE ROSITO ?? Enfurecido. Menéndez con su cuchillo busca atacar a quienes le gritaban “asesino”. Esta foto ganó el premio Rey de España.
ENRIQUE ROSITO Enfurecido. Menéndez con su cuchillo busca atacar a quienes le gritaban “asesino”. Esta foto ganó el premio Rey de España.

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