Siguen los cambios en Arabia Saudita: las mujeres podrán entrar al Ejército
Lo decidió el rey, tras remover a la cúpula militar. Además, nombró a una mujer en un viceministerio.
El rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz, destituyó a la cúpula del Ejército, incluido el jefe de Estado Mayor, como parte de una serie de cambios anunciados el lunes. El reino conservador, además, nombró a una mujer como viceministra y le permitió a las árabes aspirar a un número limitado de plazas en el Ejército.
El soberano saudí, de 82 años, aprobó un “plan de desarrollo del ministerio de Defensa, de conformidad con una estrategia de defensa nacional”. El monarca sustituyó a los jefes de las fuerzas terrestres y de la Defensa antiaérea, así como a funcionarios civiles. Según los periódicos locales, estas medidas fueron tomadas bajo la recomendación de su hijo, el príncipe heredero Mohammed bin Salmán (además, ministro de Defensa), que lleva meses consolidando su control sobre el poder e impulsando reformas económicas y sociales.
Las autoridades del reino no dieron explicaciones públicas, al menos, sobre la renovación de la cúpula militar, que interviene desde hace casi 3 años en la guerra en Yemen, donde Arabia Saudita apoya a las fuerzas es- tatales frente a los rebeldes shiítas. Pero, en lo que podría entenderse como un indicio, la remodelación castrense se produjo horas después de que la aviación saudita matara a combatientes aliados tras bombardear una base del ejército yemení.
El rey Salmán también firmó nuevos nombramientos ministeriales. Pero la más llamativa fue la designa- ción de una mujer, Tamadar Bint Yusef al Ramah, una destacada científica, como viceministra de Trabajo y Desarrollo Social. El hecho, sin precedentes en Arabia Saudita, se inscribe dentro de un intento del reino por suavizar la histórica situación de sumisión de las mujeres.
Y una novedad para el Ejército saudita llegó también como parte de ese intento. Ahora, un número limitado de mujeres podrá formar parte de las fuerzas saudíes en cuatro provincias. Para poder acceder, necesitan cumplir 12 requisitos. Entre ellos, el permiso de alguno de los hombres de su familia ( mahram), tener entre 25 y 35 años, contar con un bachillerato y ciertas condiciones físicas. De todas formas, sólo podrán trabajar en segu- ridad. No en roles de combate. Un antecedente de esta convocatoria es de enero, cuando la Dirección General de Pasaportes anunció que reclutaría a 140 mujeres para trabajar en su servicio. La Dirección recibió 107 mil solicitudes.
Arabia Saudita es la máxima expresión de la rama suní del Islam. La diferencia entre sunitas y shiítas se remonta a varios siglos, pero responde al por qué de la disputa entre el reino saudita e Irán, principal bastión shíita. Los sunitas son la rama más conservadora y ortodoxa del Islam, y son mayoría en el mundo árabe. Dentro del sunismo hay una vertiente aún más radical, reinante en Arabia Saudita: el wahabismo.
“Es una interpretación arcaica de la religión de Alá, que se ciñe, ciegamente, a una literalidad de los textos sagrados”, opinó el analista Alastair Crooke, en el diario HuffPost. Esta lectura tan estricta del libro sagrado musulmán, ha provocado, según especialistas, que se violen algunos derechos humanos. La ley islámica o sharia, implica un sistema de tutela masculina en el cual las mujeres necesitan permiso del mahram para realizar muchas actividades, como ir al médico o viajar. Según el wahabismo, la libertad vuelve vulnerables a las mujeres al pecado.
Por eso las nuevas disposiciones del príncipe se han vuelto sísmicas para el poderoso clero local, aunque fueron bien recibidas por la juventud. Para finales de este año, la vida de las sauditas será distinta: habrán conducido autos, entrado a estadios de fútbol, a cines y teatros, tendrán trabajos “masculinos”; y aquellas que no quieran volver a casa con su marido, no estarán obligadas a hacerlo. Al menos no por una ley del reino. Aunque estas aperturas configuran un avance histórico en los derechos de la mujer, activistas de Derechos Humanos sostienen que el sistema wahabí de tutela masculina todavía se mantiene intacto. ■