Investigan la salud de las personas con “la huella” que dejan en sus dispositivos
Las pistas surgen de las conductas en las redes sociales y la frecuencia con que se usan los distintos equipos.
La “huella digital”, es decir, la frecuencia con la que uno publica en las redes sociales, si se queda mucho tiempo viendo la información de un contacto específico, la regularidad con la que revisa tu teléfono a altas horas de la noche, entre otras conductas, podrían contener pistas sobre la salud física y mental de las personas.
Esa es la teoría detrás de un campo emergente, el fenotipo digital ( digital phenotyping), que busca evaluar el bienestar de las personas con base en sus interacciones con los dispositivos digitales. Los investigadores y empresas de tecnología monitorean las publicaciones, llamadas, los clics y los desplazamientos de pantalla de los usuarios de redes sociales en búsqueda de cambios conductuales que pudieran tener correlación con síntomas de enfermedades.
Algunos de estos servicios pueden ser activados o desactivados por los usuarios; otros, no. En promedio, según un estudio, las personas tocan sus teléfonos celulares 2.617 veces al día; eso deja todo un rastro de datos que pueden ser estudiados.
“Nuestras interacciones con el mundo digital de verdad podrían revelar secretos de las enfermedades”, dijo Sachin H. Jain, director ejecuti- vo de CareMore Health System, un proveedor de atención médica en Estados Unidos, y quien ha ayudado a estudiar publicaciones en Twitter en busca de señales de problemas de sueño. Sostiene que otros enfoques similares ayudarían algún día a evaluar si los medicamentos de los pacientes están funcionando.
No obstante, el campo es tan nuevo y ha sido tan poco estudiado que incluso quienes lo promueven advierten que ciertos análisis del estilo del fenotipo digital podrían ser tan útiles para la detección de problemas de salud como tener una bola de cristal.
Si una persona sociable de pronto dejara de enviar mensajes a sus amigos, por ejemplo, podría indicar que se ha deprimido, dijo Steve Steinhubl, director de Medicina Digital en el Ins- tituto Scripps de Ciencia Traslacio- nal en San Diego. Pero también “podría significar que alguien se fue de campamento y por ello cambió su conducta normal”, añadió.
Eso no ha impedido que empresas emergentes y gigantes como Facebook se lancen de lleno al campo, a pesar de los cuestionamientos sobre su eficacia y la privacidad de los datos. Facebook realiza uno de los esfuerzos más ambiciosos.
Hace poco la empresa anunció el uso de inteligencia artificial para escanear las publicaciones y transmisiones de video en vivo en su red en busca de señales de posibles pensamientos suicidas. Si el sistema detecta ciertos patrones -por ejemplo, que los amigos escriban en el muro de esa persona comentarios como “¿Puedo ayudarte?” o “¿Estás bien?”-, le asigna una puntuación algorítmica a la publicación y podría alertar a un equipo de revisión de Facebook.
En algunos casos, Facebook les manda a los usuarios una nota de apoyo con sugerencias como “Llama a una línea de ayuda”. En casos urgentes, la red social ha trabajado con autoridades locales para enviar ayuda a la ubicación del usuario. La empresa señaló que, en un mes, su equipo de respuesta había trabajado con socorristas en más de cien ocasiones.
Algunos investigadores del ámbito de la salud aplaudieron la iniciativa de Facebook y la consideraron bien intencionada, pero también plantearon algunas inquietudes.
“Es una gran idea y una gran necesidad que no ha sido cubierta”, dijo Steinhubl. Aun así, añadió, Facebook “ciertamente está acercándose al límite de practicar la medicina no solo sin una certificación, sino quizá incluso sin pruebas de que lo que hace ofrece más beneficios que daño”.
“Estamos creando alarmas contra incendio digitales para la gente con padecimientos mentales”. Facebook escanea las publicaciones de sus usuarios en todo el mundo en busca de señales de posibles pensamientos suicidas sin dar a los usuarios la oportunidad de rechazar esa revisión.
Will Nevius, vocero de Facebook, dijo que esta empresa borra las puntuaciones algorítmicas asociadas con publicaciones después de treinta días y que los casos en que participaron socorristas se guardan en un sistema diferente, no vinculado con los perfiles de los usuarios. ■