El rostro oculto de la belleza: el arte que se esconde detrás del arte
Para borrar obras o por razones económicas, grandes pinturas quedaron olvidadas bajo nuevas formas.
Hace poco menos de una semana, salía a la luz una noticia que sorprendía en el mundo del arte. El cuadro de Pablo Picasso La Misereuse Accroupie (“La pobreza agazapada”) escondía una pintura de un paisaje que habría sido realizada por el artista hispano-uruguayo Joaquín Torres García, tal y como aseguraba un estudio presentado por la Universidad de Northwestern y el Instituto de Arte de Chicago.
Aunque resulte curioso, y cuanto menos extravagante, a lo largo de los siglos, el pintar sobre otros cuadros ha sido una práctica común entre los pintores, lo que en algunas ocasiones ha significado ocultar otras obras maestras. En algunas ocasiones, se buscaba cubrir algún secreto o cambiar una escena aunque, la mayoría de las veces, se trataba de una simple cuestión de economía.
He aquí algunos casos resonantes. En La habitación azul, de Picasso, oculto tras una mujer desnuda que se está lavando en una habitación - en realidad el estudio del pintor-, se encuentra la figura de un hombre que apoya la cabeza en su mano. Nadie sabe su identidad y ahora, cien años después, los expertos quieren poner nombre a este desconocido con corbata, que luce tres anillos en su mano derecha.
Por el momento, los investigadores siguen estudiando con infrarrojos La habitación azul para así resolver un acertijo digno de una novela o de una película de misterio.
Da Vinci realizó varios bocetos de su obra La batalla de Anghiari. Sin embargo, esta pintura, datada en 1503 estuvo perdida durante varios siglos. En 2012, un grupo de investigadores pusieron fin a uno de los misterios más apasionantes de la historia del arte y dieron con el paradero del cuadro. No se podía ver a simple vista, pues la pintura se encontraba oculta bajo una sección de un fresco de Giorgio Vasari, que se encuentra en el Palazzo Vecchio, en Florencia.
La misma pintura de Vasari revelaba la clave de lo que permanecía oculto, pues en una bandera aparecía una misteriosa frase: “Se encuentra cerca”. Aunque ahora pueda parecer evidente, la inscripción no hizo sospechar a nadie hasta 2012. El proyecto había sido abandonado por Leonardo porque la pintura no secó a tiempo y los colores se mezclaron.
Un grupo de investigadores del Rijksmuseum de Ámsterdam descubrieron en 2011 que debajo del Retrato de Don Ramón Satué, de Goya, había una imagen inacabada que representa a un general napoleónico. Según aseguró en su día Duncan Bull, curador de arte internacional de la pinacoteca holandesa, se trata “casi con toda probabilidad” o bien del retrato de José Bonaparte en su llegada a España como rey, o bien de un alto cargo militar que le acompañó.
La nueva imagen fue descubierta gracias a una técnica que combina rayos X y fluorescencia, desarrollada conjuntamente por las universidades de Amberes (Bélgica) y la Universidad Técnica de Delft, en Holanda.
Durante 150 años, la obra del holandés Hendrick van Anthonissen, Vista de las arenas de Scheveningen, ocultó un gran misterio del que nadie sospechó: una ballena encallada en la playa. Lo descubrió Shan Kuang, una joven química de la Universidad de Yale.
“La mayoría de las pinturas tienen una capa de barniz que sirve para protegerlas, que por desgracia amarillea con el paso del tiempo. Una de las labores típicas de restauración es retirar esta capa. En pleno proceso, de manera inesperada, apareció una figura que parecía un hombre junto a una vela, pero a medida que seguí retirando barniz con un escalpelo y disolventes, resultó ser un hombre junto a una aleta de ballena”, relató en 2014.
Van Gogh también esconde misterios en sus pinturas, concretamente en su obra Naturaleza muerta floral con amapolas y rosas. Bajo el cuadro que hoy en día conocemos, se esconden dos luchadores, que el holandés esbozó en 1886. El artista dejó constancia de ello en una de sus cartas a su hermano Theo.
Que Van Gogh pintara las flores sobre los luchadores también podría explicar que esta naturaleza muerta sea más frondosa que otras del mismo autor, lo que también había llevado a pensar que no se trataba de una pintura de su mano. Los investigadores piensan que el artista pintó las flores de la base del cuadro porque tenía que tapar la parte baja de uno de los torsos del cuadro subyacente. ■