Clarín

LA VISITA SINFÓNICA

El ex tecladista de Yes recuerda a David Bowie y a Lou Reed, y no duda en decir que Maradona es mejor que Messi.

- Eduardo Barone Especial para Clarín

Rick Wakeman, el ex tecladista de Yes, toca hoy en el Gran Rex y mañana en el Colón. Prefiere a Maradona sobre Messi.

Rick Wakeman aparece en el hall del hotel céntrico donde se hospeda, pero ni señales de su fastuosa capa de espejos. Sus capas, una marca registrada de sus largos años como tecladista de Yes, son tan famosas, que hace unos años una banda de New York, le dedicó la canción Rick Wakeman’s Cape.

De cualquier manera, es imposible confundirl­o con el cantante de Mala Fama, por poner un ejemplo. Rick sonríe desde sus dos metros de altura, con esa mirada de niño inglés que acaba de hacer una travesura, y propone: “Aún no es la hora pero, ¿querés que empecemos a charlar?”. Está contento, y tiene ganas de hablar.

-Andás por tu cuarto matrimonio, y le llevás 25 años de diferencia a tu esposa. ¿Funcionan esas parejas? Tengo amigos que las desaconsej­an. - Funcionan. Mirá, cuando la conocí a Rachel (Kaufman, su actual esposa) les escribí una carta a sus padres diciéndole­s: “Si no son felices con nuestra unión, podemos hablarlo”. Su padre me llamó y me dijo dos cosas. Una: “Me parece muy bien que vayas y le propongas casamiento”. Y dos: ”¡Si no acepta, avisame que la mato!”.

Así comienza la charla con uno de los mas grandes íconos del rock progresivo en todo el planeta…

- Parece que hay un romance entre vos y el público argentino…

- Me enamoré de la gente de aquí cuando vine por primera vez a comienzos de los ‘80. Quedé enamorado de la ciudad y de la gente. Entienden mucho de fútbol y de música, dos cosas que amo.

- Te gusta mucho el fútbol

- Si…muchísimo. Yo jugué un tiempo; incluso llegué a jugar en partidos de caridad. ¡Y jugué cuatro veces en el estadio de Wembley! (se le encienden los cachetes de orgullo).

- ¿Pero es verdad que incluso compraste un equipo de fútbol?

- Sí… (se ríe) Llegué a ser uno de los dueños del Philadelph­ia Fury, un equipo estadounid­ense donde los otros dueños eran Peter Frampton y Paul Simon. (Fue fundado en 1978, jugó dos temporadas y en 1980 desapareci­ó, luego de que le vendieran la franquicia al Montreal Manic). También estuve envuelto en aquella historia de Pelé y el Cosmos. Soy hincha del Manchester City. Sergio Agüero es maravillos­o; lo adoramos. Cuando lo quisieron vender, los fans nos pusimos locos: “Ustedes vendan a Agüero y no venimos más a la cancha!”.

- ¿Y entre Messi y Maradona con quien te quedas?

- Con Maradona, sin dudas. Un jugador siempre parejo, siempre bueno. Messi tiene momentos en que desa- parece de la cancha.

- Muy bien, hablemos un poco de música. Antes de que entraras a Yes, ya habías grabado más de dos mil canciones como sesionista, para otras bandas o solistas.

- Sí, trabajé mucho en esos años. Pero era más la cosa de “aquí tenés las par- tituras, allí esta el teclado, tocá estas partes, tomá tu dinero y andate”. Me gustaba más que nada trabajar con gente del rock, porque la cosa no era tan fría. Un día vino David Bowie y me preguntó si podía meter unos teclados en Space Oddity. Tambien metí unos pianos en Hunky Dory. Al mismo tiempo que los de Yes me pedían que me uniera a ellos, Bowie me estaba ofreciendo integrar su banda de las Spiders From Mars, junto a Mick Ronson. Fue una decisión muy difícil, porque en aquellos años Yes estaba creciendo mucho como banda, pero David también estaba creciendo mucho como artista. Creo que elegí a Yes porque con David sólo podía acatar lo que él me pidiera. Como te dije, tenia sus ideas muy claras. Pero con Yes podía ser parte de la banda y proponer mis propias ideas y arreglos. -¿Y cómo fue trabajar con Bowie?

- Increíble. David era el tipo de personas con los pies muy puestos sobre la tierra. Sabía bien lo que quería y no ibas a moverlo así nomás de sus conviccion­es. Una persona muy amable. Fuimos vecinos un tiempo cuando ambos estábamos viviendo en Suiza. - Tocaste también en los primeros discos de Lou Reed.

- Si, claro. Fue una época rara... Ojo, amo a Lou Reed, pero en aquel momento él estaba completame­nte loco. Recuerdo que se ubicaba en la sala de control y desde ahí me decía lo que yo tenía que tocar. Era un personaje realmente dark en esa etapa de su vida. Muy oscuro. Me decía: “Ponete los auriculare­s. Te voy a pasar algunas pistas y vos tratá de meter tus teclados mientras escuchás. Pero cuidado, porque tenés que ser muy rápido. ¿Podés hacer eso?”. Le dije que sí. Lo toqué como pude, y cuando terminé le dije que podía mejorarlo. Y me respondió que no. “Ya está, ya tengo lo que quería, terminamos con lo tuyo”, dijo. Y se fue.

- Tu hijo Adam (también tecladista) y vos comparten el raro privilegio de haber tocado con Black Sabbath en distintas etapas de ese grupo.

-¡Si!. Yo lo hice en sus comienzos, en Sabbath Bloody Sabbath. Y Adam tocó hará unos 15 años. Ozzy (Osbourne) y yo somos muy pero muy amigos.

- ¿Cómo serán tus conciertos en el Gran Rex y en el Colón?

- Cierta vez, un director de orquesta en Bulgaria me dijo: “Sabés, tu música podría ir muy bien en un concierto de piano con orquesta. Por qué no venis a Bulgaria, y preparamos un concierto; vos en piano con la orquesta de acá”. Me pareció una buena idea, viajé, lo hicimos y funcionó muy bien. Así que comencé a buscar diferentes lugares para mostrar este show. Lo hice en Polonia, en el Reino Unido, en Suiza, en Perú -fue un concierto fantástico-, lo hice en Chile y ahora me toca Buenos Aires (muestra la lista de temas).

- Brian May dijo una vez que sos el más grande tecladista del mundo.

- Brian es una gran persona. Hay muchos buenos, grandes y diferentes tecladista­s. Pero siempre me esforcé. Eso tiene que ver con los consejos que me daba mi padre. Desde el comienzo me decía: “Tratá de ser el mejor que puedas en lo que hagas. Nunca dejes de aprender y de dar lo mejor de vos”. Y aún practico y estudio cada día. Nunca paré de aprender. ■

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 ?? DAVID FERNÁNDEZ ?? Sin capa. En su nueva visita al país, el tecladista estará acompañado por una orquesta sinfónica, para hacer clásicos propios y de otros autores.
DAVID FERNÁNDEZ Sin capa. En su nueva visita al país, el tecladista estará acompañado por una orquesta sinfónica, para hacer clásicos propios y de otros autores.

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