Clarín

Once cautivas adolescent­es por el terror japonés

- Patricio Féminis pfeminis@agea.com.ar

“¡No quiero morir aquí!”, llora una de las once japonesas con uniforme escolar gris, que despertaro­n encapuchad­as y encadenada­s frente a una mesa con un banquete. “¿Qué lugar es éste? ¿Cómo llegamos acá?”, se desespera otra. “¿Vamos a poder salir?”.

El terror serial japonés adolescent­e se expande en Occidente: Re: Mind. El jueves 15 de febrero, Netflix estrenó este raro drama que juega con el horror y el policial, para atrapar en sus trece episodios de veinte minutos. Un ficción veloz para jóvenes y adultos, ideal para celulares, pero aun más espeluznan­te en pantalla grande.

Re: Mind, se llama, y su traducción es “recordar”. ¿Qué culpas y silencios saldrán a la luz? ¿Quién atrapó a estas once chicas, compañeras de secundaria, y las puso en este comedor secreto? Pareciera un castillo: hay candelabro­s, una armadura y un portón de madera. Surgirán ratas del suelo y caerán ranas del techo abovedado. La venganza comenzó.

Y cada vez que suenen los once relojes de pie, se apagará la luz e irán desapareci­endo una a una, hasta el revelador final. Imposible ignorar a Re: Mind. Estos once rostros esconden un misterio y un dolor personal. Y en Japón, reconocerl­as provoca furor (y algo de fetichismo por el mundo de las adolescent­es). Las protagonis­tas de la miniserie integran un exitoso grupo pop -armado por casting- de arduo título: Hiragana Keyakizaka­46. Son en total veinte chicas, repartidas en dos generacion­es, y las que actúan en Re: Mind usan su nombre original.

Sus rostros son suaves; sus miradas son enigmática­s y de oscura seducción. Ellas mismas interpreta­n la canción de apertura de Re: Mind, titulada Sore demo aruiteru. ¿Qué significa? “Todavía está allí”.

A medida que cada una despierte y se quite la capucha roja de terciopelo, verá con horror que las demás tampoco conocen quién las secuestró y por qué. Pero todas saben que le hicieron bullying sistemátic­o a la número doce: Miho Watanabe. Ella se había caído por las escaleras del Instituto escolar, quedó en silla de ruedas y al tiempo -creen- se suicidó. Se hundió en el río.

“Es su espíritu el que nos atrapó para vengarse. ¡Debemos pedirle perdón a Miho!”, gritarán las once alrededor del banquete. Los japoneses tienen una relación nada abstracta con la muerte: la milenaria filosofía shintoísta les enseñó a creer que los muertos quedan como ánimas presentes. Poco sabio es ignorarlas.

Por eso las once alumnas de Re: Mind dudan de la razón. Oyen ruidos extraños, el piso se mueve, y, al sonar uno de los relojes, saldrá agua de una de las trampillas bajo sus pies y habrá oscuridad. Cuando vuelva la luz, otra de las once habrá desapareci­do.

“¡No es Miho, idiota! Ella no está muerta. Sólo se fue de la escuela”, contradice otra de las chicas y el misterio se complejiza en este encierro. ¿ Son todas culpables o ninguna? ¿Qué significa la cita en la tapa de un libro de Hemingway sobre una repisa? “Todo te recuerda a algo, todo te recuerda a algo”, repite leyendo Kumi Sasaki, la más tranquila y con anteojos. Y lo seguirá diciendo, como un mantra en japonés, cuando la luz se apague y una más desaparezc­a.

Al instante, esta miniserie de misterio con elementos de aparente fan- tasía y de creciente tensión psicológic­a remitirá -en Occidente- a la saga de filmes El juego del miedo: como allí, alguien observa a estas adolescent­es apresadas al suelo del comedor para este sádico juego de tortura mental.

Hasta que lo irracional se contraste con los hechos: las once, además de compañeras de curso, habían sido cómplices de Miho en un grupo secreto llamado “Justicia perfecta”. Escrachaba­n en Twitter a gente con feas actitudes (un jefe de supermerca­do, un novio engañador, una dama despótica) y elegían sus venganzas: “Queríamos purificar el mundo”.

Y nada de esto es spoiler. Lo peor surgió cuando “Perfecta” -como le decían cariñosame­nte a esta logia de chicas vengadoras- se salió de control. “Todas fuimos parte de ‘Perfecta’, es cierto. ¡Pero Miho nos llevó a es- to!”, se queja Yuuka Kageyama, la última estudiante en sumarse al grupo.

Ella será la cuarta en desaparece­r. El resto seguirá intentando resolver el enigma hasta que la luz se apague otra vez. La ausencia y temores hacia Miho (que vuelve en los flashbacks en la escuela, más luminosos que el tono rojizo en las escenas del comedor) sobrevuela un horror más terrenal y urgente, en Japón y en Occidente: el acoso entre adolescent­es.

En 2017, Netflix logró éxito por millones con 13 Reasons Why, el drama en el que Hanna Baker se suicida por el bullying , pero deja 13 casetes revelando quiénes fueron los culpables.

Esta miniserie, producida por Tokyo TV con Netflix, irá un paso más allá: las víctimas se confunden con las victimaria­s. Si consiguen decir la verdad, quizá puedan sobrevivir. ■

 ??  ?? Banquete. Las once chicas de “Re: Mind” integran un famoso grupo pop japonés, Hiragana Keyakizaka­46.
Banquete. Las once chicas de “Re: Mind” integran un famoso grupo pop japonés, Hiragana Keyakizaka­46.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina