China reacciona con cautela a la guerra comercial de Estados Unidos
A diferencia de los países europeos y Canadá, el régimen chino decidió por la cautela a la hora de condenar las nuevas medidas anunciadas por la Casa Blanca.
El principal asesor económico del presidente Xi Jinping, Lui He, manifestó en Washington su intención de que el gobierno norteamericano, eleve una lista de demandas sobre lo que China puede hacer para aliviar las tensiones comerciales y designe un nuevo interlocutor . La crisis estalló, luego de que el presidente Donald Trump anunciara nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
Las declaraciones del funcionario chino fueron pronunciadas durante en encuentro con empresarios norteamericanos, entre ellos el exsecretario del Tesoro Hank Paulson y los directores ejecutivos de JP Morgan Chase y el fabricante de chips Qualcomm. Liu reiteró el compromiso de Beijing con el libre comercio, como lo vienen haciendo, en diversas declaraciones públicas, diferentes funcionarios desde 2013. El gobernante Partido Comunista de China sostiene su apuesta por la libre competencia en el mercado, y el “papel fundamental” que ésta tiene que desempeñar dentro de la economía del gigante asiático. La nueva medida, 25% de arancel al acero y 10% al aluminio importados de todo el mundo, será implementada a partir de la semana que viene adelantó Trump. En enero de 2018, Washington ya había impuesto aranceles a las lavadoras y paneles solares que venían desde China.
Por su parte, el Canciller chino, Hua Chunying, rechazó la decisión y dijo que “Si todos los países siguieran el ejemplo de EE.UU. tendría un grave impacto en el orden del comercio mundial”. Hua subrayó que la recuperación de la economía mundial es aún inestable, por lo que “los países deben cooperar y realizar esfuerzos para resolver asuntos relevantes”, en lugar de aplicar medidas proteccionistas. “La decisión estadounidense de imponer sanciones a países exportadores de acero y aluminio, en nombre de un daño a la seguridad nacional, no tiene fundamento”, agregó.
La producción de acero barato, tuvo en China un crecimiento exponencial en la última década, e inundó el mercado internacional con sus productos. Pero Beijing no es el principal proveedor de EE.UU. Se especula que las tarifas decididas por Trump se centren en los envíos de metales en bruto o apenas procesados, aunque los detalles técnicos de los aranceles aún no se conocen.
Los empresarios reunidos con Liu He, aprovecharon para señalar los escasos avances que China ha logrado en la apertura de sectores como los servicios financieros, sus políticas industriales que favorecen a las empresas nacionales y un enorme déficit comercial a favor de China, que ascendió a US$ 375.000 millones en 2017. El mecanismo de Diálogo Económico Integral EE.UU.-China que Beijing está tratando de reactivar, se desaceleró desde el fin del gobierno de Barack Obama.
Después de proponer el jueves la barrera arancelaria Trump advirtió en Twitter que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar” redoblando su apuesta. Recibió una lluvia de críticas, que señalan que sus políticas proteccionistas dañan los mecanismos comerciales multilaterales.
Mientras la retórica del presidente norteamericano continúe, China seguirá perfilándose como la abanderada del libre comercio, que EE.UU. deja vacante. ■