Clarín

El “juego de los paros” le puede salir caro a una generación de argentinos

- Ricardo Braginski rbraginski@clarin.com

Pasa en cualquier marcha o manifestac­ión que se hace en la calle. Hay una relación inversa entre la cantidad de personas que “ven” los organizado­res con respecto a las que in- forman las autoridade­s. Así, si los organizado­res hablan de cientos de miles, por ejemplo, es de esperar que la policía observe unas decenas de miles. No hay nada que hacer: las matemática­s suelen estar entre las principale­s víctimas de las protestas políticas. Con los paros docentes sucede algo similar: para saber cuántos maestros realmente faltaron a clase uno tiende a ubicarse en el punto medio entre lo que informan las autoridade­s y lo que anuncian los gremios. Mucho no le puede errar.

Pero ahora parece haber una novedad. El gobierno de Vidal salió a “admitir” que casi la mitad de los docentes ayer adhirió al paro. Suteba dijo que fueron el 85% los que pararon. El gobierno afirma que la cifra surgió de un relevamien­to, aunque no puede descartars­e que haya habido cierto cálculo con respecto al futuro del conflicto. Quizás alguien esté pensando para este 2018 un conflicto docente tan largo como el que hubo en 2017, cuando las diferencia­s paritarias se llevaron 17 días de clases en los primeros 3 meses de ciclo lectivo.

La lógica indicaría que si el conflicto arranca con el 50% de adhesión, y luego se prolonga, va a ser mucho más fácil capitaliza­r un futura merma en la adhesión al paro, que si comenzara con un, digamos, 20% de adhesión. Difícil saber si hay algo de esto en las especulaci­ones oficiales, aunque lo veremos a medida que avance el conflicto.

Lo cierto es que la medida de fuerza ayer tuvo una adhesión dispar, de acuerdo a las recorridas de Clarín. Pero ya sean cientos, miles, o decenas de miles, fueron alumnos argentinos los que no pudieron arrancar el ciclo lectivo. Son los mismos chicos que más tarde tampoco tendrán clases por problemas edilicios en muchos casos, o porque en medio del calendario escolar se “cuelan” jornadas de capacitaci­ón para los docentes.

Es hora de pensar la educación en serio. De lo contrario, el “juego de los paros” le puede terminar bastante costando caro a toda una generación de argentinos. ■

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