Clarín

EE.UU. traduce como una victoria la oferta de Kim para reunirse con Trump

Lo dicen el vice Pence y otros funcionari­os. El punto es por lo menos muy discutible según los analistas.

- Paula Lugones plugones@clarin.com

El presidente Donald Trump tendrá en algunas semanas su foto junto al líder norcoreano Kim Jong-un y la mostrará como un triunfo de su diplomacia para bajar la tensión que amenazaba al mundo entero.

Al menos es el mensaje que busca difundir ahora Estados Unidos, luego de que el jueves por la noche se reveló que el líder de la Casa Blanca aceptaba reunirse con el “pequeño hombre cohete”, tal como lo bautizó Trump. El vice estadounid­ense Mike Pence dijo este viernes que la estrategia del magnate, que unió sanciones económicas, amenazas militares y “presión máxima” por vía diplomátic­a fue lo que abrió el camino para la histórica cumbre en la que discutirán la desnuclear­ización de la península norcoreana.

En una nota oficial, Pence señaló que la oferta de Kim para reunirse con Trump era la “evidencia” de que la estrategia de la Casa Blanca de ais- lar al gobierno de Pyongyang había dado resultado. De acuerdo con Pence, “los norcoreano­s vienen a la mesa a pesar de que Estados Unidos no ha hecho ninguna concesión”. Por eso, añadió el funcionari­o, la “campaña de máxima presión continuará hasta que Corea del Norte tome medidas concretas, permanente­s y verificabl­es para poner fin a su programa nuclear”.

Es verdad que el régimen está presionado por duras sanciones de Estados Unidos, China y de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, que asfixian la economía norcoreana. Pero Kim también puede argumentar que su estrategia fue exitosa ya que él se sentará de igual a igual con el líder de la primera potencia del planeta y justamente cuando él quiso: luego de alcanzar su anunciado objetivo de contar con un poderoso misil capaz de transporta­r ojivas nucleares y alcanzar la costa continenta­l de los Estados Unidos.

Para la Casa Blanca, la campaña de “presión máxima” a la que alude Pence incluyó también insistir ante China, un aliado de Corea del Norte, a asumir un papel más activo para convencer a Pyongyang a abandonar su programa de armas nucleares.

El presidente chino Xi Jinping se manifestó ayer a favor de eso y ya expresó su esperanza en que “Estados Unidos y Corea del Norte entrarán en contacto y dialogarán lo antes posi- ble”. Para China la crisis norcoreana es un obstáculo en su agenda más ambiciosa relacionad­a con asegurar su crecimient­o económico y político.

Hubo más reacciones positivas. Rusia dijo que la futura reunión es “un paso en la buena dirección” y “necesaria para normalizar la situación”, según su canciller Serguéi Lavrov. En tanto, la Unión Europea (UE) consideró “que la disposició­n” de Trump a aceptar la invitación de Kim es “un acontecimi­ento positivo”, mientras que la canciller alemana Angela Merkel consideró que ofrecía “una luz de esperanza”.

Hay analistas que coinciden con la visión triunfalis­ta de la Casa Blanca y hasta los más duros críticos no dejan de reconocer que las sanciones aumentaron la presión. Pero igualmente hay muchas dudas. ¿Es la mejor manera de comenzar a conversar con una cumbre entre dos líderes de ca- racterísti­cas tan volátiles, que se han insultado mutuamente?

Por lo general, hay meses y meses de negociacio­nes a menor nivel para que los presidente­s tengan el camino despejado cuando se encuentren. En algo Trump tiene razón: sólo Kim en persona tiene el poder para tomar decisiones duras.

Otros expertos elogian la estrategia de Kim. Evan Medeiros, ex asesor del expresiden­te demócrata Barack Obama, hoy miembro de Eurasia Group, dijo que “esencialme­nte Trump le da (a Kim) un estatus de igualdad con el presidente estadounid­ense y fortalece su intento de que Corea del Norte sea reconocida como país nuclear de facto”, un viejo sueño del padre del actual dictador.

Jeffrey Lewis, que encabeza el Programa de No-proliferac­ión del este asiático, tuiteó que Trump estaba bailando al ritmo del norcoreano que le marca la iniciativa. “Kim no está invitando a Trump para rendir las armas de Corea del Norte. Kim invita a Trump para demostrar que su inversión en capacidade­s nucleares y balísticas obligó a Estados Unidos a tratarlo como a un igual”. ■

El régimen logra que Trump vaya a su encuentro a discutir casi como iguales.

 ?? EFE ?? Acercamien­to. Trump y Kim en un afiche en una gigantesca pantalla en Japón. La oferta del norcoreano generó un impacto mundial.
EFE Acercamien­to. Trump y Kim en un afiche en una gigantesca pantalla en Japón. La oferta del norcoreano generó un impacto mundial.

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