Aseguran que controlarán la habilitación de la empresa
El gancho elegido en el Facebook de la empresa dueña del catamarán Libertad para invitar a algunas de sus fiestas fue la de participar en un “Quilombo”. Es decir, en un descontrol: música a todo lo que da, luces como si fuese un boliche, y sobre todo, alcohol. Las celebraciones nocturnas en los catamaranes funcionan a pleno y para conseguir fecha hay que hacerlo con anticipación. Con cena, se paga hasta $ 500 por persona.
Para funcionar, las empresas tienen que pagar un canon a la Administración del Puerto, en este caso de Olivos. Todos admiten que al no haber fiscalización en los pagos, suele haber corrupción entre las compañías y las autoridades portuarias.
Para zarpar, el capitán del barco debe tener una autorización de Prefectura. Es decir, antes de salir, alguien de esa fuerza debería inspeccionar la embarcación, controlando, por ejemplo, la cantidad de pasajeros, matafuegos y salvavidas.
Transportes Fluviales Pfluger brinda el servicio en el puerto de Vicente López. Ya tuvo varios problemas. El último fue el de las maestras varadas (ver El antecedente...). “Varias nos hicieron juicio, pero van a cobrar el día que las vacas vuelen. No nos intere- sa lo que digan los medios, tenemos unaempresa que funciona muy bien”, dijo una abogada penalista, familiar del dueño de la empresa.
En diálogo con Clarín, el nuevo secretario de Administración de Puertos provincial, Sergio Silvosa, que asumió la semana pasada, informó que iba a corroborar las habilitaciones de la empresa y los métodos de control.