Voces, reclamos y esperas de jubilados
• Escuché la conferencia del Presidente y me pregunto, ¿cuándo fue el momento en que me perdí, el momento en que quedé afuera del plan presidencial, en que aparentemente dejé de ser argentina? Porque yo tengo que sobrevivir con $ 7.000 (trabajé gran parte de mi vida, aporté) y me quedé afuera. Según él la gente sale, va a comer afuera, viaja, compra casas, autos, motos. En fin, vive la vida como debe ser vivida. ¿Y a mí, por qué me castigan? ¿Qué es lo que hice mal? Miro hacia atrás y veo a una mujer trabajadora, honrada, ama de casa, madre de familia y vuelvo a preguntar, ¿por qué me quedé afuera? ¿Es que al Presidente no le interesa la gente mayor? ¿No cree que merecemos ser considerados?
En los países con trayectoria y cultura dicen que maltratando a los mayores jamás un país se convertirá en un país respetado y respetable. ¿Creerá que con los misérrimos aumentos que dará durante el año servirán para paliar nuestra situación? Mi vida es hoy y ahora, no puedo esperar meses o años para que reivindiquen mi labor.
Contribuí a llevar el país adelante con mi trabajo, con mi honestidad, y el Presidente no tiene derecho a dejarme afuera. Ni una palabra salió de su boca sobre los jubilados. Nelly Zugasti nelvezug@gmail.com
• Escribo para tratar que el Banco Nación subsane un error hacia mi persona. Me han perjudicado una vez más.
Nuevamente, este banco, sucursal 0084, de avenida Gaona al 1800, donde cobro el haber jubilatorio, teniendo Caja de Ahorro para tales efectos, no me acreditó el haber de enero, aun cuando la ANSeS le envió el dinero para el pago. Es que el banco no sabe si yo estoy vivo, igual que la vez anterior, entre la ANSes y el banco me dieron por muerto. Pregunto si el genrente del banco se hace responsable de algo que el Gobierno y hasta los jueces no evalúan.
En el banco me dijeron que si compro una vez, pagando con la tarjeta de crédito del banco, me eximo de ir al mismo por la supervivencia, pues parece que lo que dicen no se cumple y está escrito en los resúmenes de tarjeta que nunca se firman.
Espero ser el único muerto y corrijan el error a la brevedad, pues estoy vivo y no es una paradoja metafórica. Carlos Santos Aguiar aguiarsantoscarlos44@gmail.com
• Este mes hemos visto en nuestras liquidaciones el paupérrimo aumento que se nos ha otorgado en los haberes jubilatorios, con un 60% menos de lo que por Ley nos correspondía para el semestre julio-diciembre de 2017. Ello es pro- ducto de la nueva ley que el Poder Ejecutivo y Legislativo sancionaron, norma inconstitucional, pues vulnera los derechos que nos adjudicaba la anterior, también con el aval del Poder Judicial que nada a hecho como siempre ante esa maniobra artera.
Los perjudicados: la clase pasiva que nunca más recuperará lo perdido, siempre postergada, a pesar de todas las promesas incumplidas. Los tres Poderes que deben proteger a la sociedad sólo cuidan sus intereses cuando sus miembros están activos o pasivos, pero no lo hacen así con el resto de la ciudadanía, a la que marginan.
Los jubilados estamos cada vez más desesperanzados y no vemos ni veremos nada a nuestro favor, nunca. Rodolfo Castello rccastello@hotmail.com
• Soy docente jubilada de OSPLAD, y quisiera que publicasen mi nota de la cual asumo la responsabilidad. Con el correr de los años hemos perdido una farmacia, cita en Perú y Belgrano, de excelentes médicos, muchas delegaciones en las cuales se llevan a cabo las autorizaciones para estudios, de los cuales los de alta complejidad se remiten a la central para su aprobación.
Se cerraron las delegaciones de Lanús, Lomas de Zamora y ahora se pretende hacer lo mismo con la de Avellaneda, dejando como opción Quilmes o Adrogué, lo cual implicaría más gastos para trasladarse como así también pérdida de tiempo. La única razón para tal medida es el aumento del alquiler, me descuentan unos $ 2.400 mensuales y somos muchos los aportantes.
La salud es un derecho inalienable. Me gustaría que OSPLAD lo desmintiera. Rosa Porrati rosaclaraporrati@yahoo.com.ar
• Desde el año 2004 tengo sentencia firme del juzgado federal –no apelada por la ANSeS- ordenando a ésta el reajuste de mis haberes jubilatorios sin que –a mi avanzada edad- se cumpliera.
Habiendo realizado infinidad de reclamos y solicitado audiencias a anteriores directores ejecutivos, y también varios pedidos de entrevista con el señor Emilio Basavilbaso para que ordene el urgente cumplimiento del reajuste, no he obtenido ninguna respuesta.
Pienso que debe tratarse de un caso único, o el más grave, de incumplimiento manifiesto de una repartición pública, regulatoria de los derechos imprescriptibles que tienen las personas que han aportado durante años para llegar a su justa jubilación. Dante Pracilio dantepracilio@gmail.com