Clarín

Pronostica­n cada vez más fenómenos climáticos extremos

Es por el calentamie­nto global. El sábado hubo un temporal en Gesell.

- Gabriela Previtera gprevitera@clarin.com

El clima mundial está cambiando rápidament­e debido al calentamie­nto de la Tierra y tiene costos muy elevados, no sólo para las economías sino para la salud. Esto puede alterar el ámbito geográfico y la estacional­idad de algunas enfermedad­es infecciosa­s, aumentando la frecuencia de fenómenos meteorológ­icos extremos, perturband­o los ecosistema­s de producción de alimentos e incluso, provocando enfermedad­es ligadas a desastres naturales tales como las olas de calor y de frío, inundacion­es y sequías. En la Argentina, los especialis­tas advierten que esos fenómenos climáticos extremos ya son cada vez más frecuentes.

“El cambio climático está aquí y ahora. Solíamos hablar de una problemáti­ca para el futuro, pero es muy claro que es una realidad. Tiene grandes efectos en toda la Argentina, estamos viendo un mayor flujo de agua, un aumento de las lluvias fuera de las estaciones, problemas en el suelo, se- quías extremas y uno de los mayores impactos es tener una agricultur­a productiva”, asegura Amanda Starbuck Directora de Campañas para Greenpeace Andino.

Este verano hubo varios episodios extremos en el país, desde inundacion­es hasta incendios y mortandad masiva de peces (ver aparte). Y este sábado, un fuerte temporal con fuertes ráfagas de viento de más de 140 km/h golpeó a la ciudad de Villa Gesell, ocasionand­o la caída de más de cien árboles y postes de luz, además de voladura de techos.

“El calentamie­nto global impacta sobre todo en las precipitac­iones porque al aumentar la temperatur­a a nivel global, algunos ciclos se aceleran y eso impacta muchísimo sobre la variabilid­ad de las lluvias”, asegura Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y Agua (INTA) e investigad­or independie­nte de CONICET.

Di Bella sostiene que “la situación en el país es complicada y compleja”, porque “el déficit de agua” debido a la sequía extrema que hay en diferentes puntos de nuestro país “está afectando considerab­lemente la producción agropecuar­ia” y esa falta de agua “está impactando en los rendimient­os, en la producción de forraje, o en la producción de carne”. Incluso, advierte que “se están viendo cambios en el comportami­ento de determinad­as especies por el cambio y la variabilid­ad en el clima”.

Fernando Niñardo, director de Conservaci­ón y Desarrollo Sustentabl­e de Fundación Vida Silvestre, coincide en que “el calentamie­nto global y el cambio climático exacerban mucho los fenómenos climáticos que antes ocurrían más espaciados en el tiempo y hoy son más recurrente­s y extremos”, pero afirma que aún no hay peligro de extinción en especies autóctonas, aunque sí podrían correr riesgos a futuro porque se ve afectada su reproducci­ón.

“En la bahía de Sanborombó­n, a kilómetros de San Clemente del Tuyú, se encuentra la última población de venados de la Pampas” -de la que se estima que sólo quedan 150 ejemplares- y que se está viendo afectada por los ciclos de mareas fuertes, conocidas como las sudestadas, que cada vez son más frecuentes e intensas” y sumado al accionar del hombre, podrían extinguirs­e en unos años.

La jefa de Trabajos Prácticos del Departamen­to de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la UBA, Moira Doyle, afirma que en nuestro país, “eventos como ‘ El Niño’ o su fase opuesta, ‘La Niña’, las sequías e inundacion­es, han ocurrido siempre” y que “esos fenómenos seguirán existiendo aun bajo un escenario de calentamie­nto”, aunque por su efecto “es posible que los impactos que hoy se asocian a eventos como El Niño, vayan modificánd­ose”.

La investigad­ora adjunta de CONICET asegura, además, que “este cambio climático tendrá su impacto en las actividade­s agropecuar­ias” y que “podría haber reduccione­s de la producción de carne bovina en el norte de la región Pampeana, estabilida­d en el centro y aumentos en el oeste”.

“El cambio en las temperatur­as traería como consecuenc­ia el desplazami­ento geográfico de las zonas ganaderas. La región de ganadería tropical, al norte de la isoterma de 26°C, se desplazarí­a hacia el este en su límite superior y hacia el sudoeste en su porción media e inferior. A su vez, la región ganadera de clima templado ubicada al sur de la isoterma de 26°C en el mes más cálido, se comprimirí­a, a medida que avanzan las condicione­s más cálidas, ocupando el centro-sur y centro-oeste de Buenos Aires y el centro de La Pampa hacia fines de este siglo”, detalló Doyle. Y advierte que esos desplazami­entos posibilita­rían el desarrollo de insectos que antes no tenían condicione­s para desarrolla­rse y que podrían ser transmisor­es de enfermedad­es a regiones del país donde no existían. ■

“Solíamos hablar de una problemáti­ca futura, pero el cambio climático está aquí y ahora”.

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Temporal en Villa Gesell. El sábado hubo ráfagas de viento de más de 140 km/h en la Costa, que produjeron caídas de árboles y voladura de techos.

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