Clarín

Piñera regresó al poder en Chile con el desafío de relanzar la economía y bajar la pobreza

El líder de la derecha asumió su segundo mandato al suceder, del mismo modo que en 2010, a Michelle Bachelet. Sin mayoría en el Congreso, deberá buscar consensos.

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El conservado­r y líder indiscutid­o de la derecha chilena, Sebastián Piñera, asumió ayer su segundo mandato en Chile para el período 2018-2022 con la promesa de acelerar el crecimient­o de la economía, el reto de administra­r el legado de reformas de la socialista Michelle Bachelet y el de “dejar atrás el subdesarro­llo y la pobreza” . El presidente del Senado, el socialista Carlos Montes, tomó juramento a Piñera y le impuso la banda presidenci­al de parte de una emocionada Bachelet, quien por segunda vez en los últimos ocho años ayudó al nuevo mandatario a ceñírsela antes de darle un beso y abandonar el hemiciclo. Tras tomar juramento a los miembros del gabinete, Piñera, en compa- ñía de la primera dama Cecilia Morel, ofreció una recepción a sus invitados, entre ellos, los mandatario­s de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, México, Perú y el rey emérito de España, Juan Carlos.

Al abandonar el Congreso, el nuevo presidente fue ovacionado por un centenar de adherentes: “Cuando él estuvo en el gobierno anterior (20102014), hubo trabajo, la salud también mejoró, entonces creo que (ahora) va a hacer más y mejor”, dijo una simpatizan­te, mientras por un parlante se escuchaba fuerte el “Agárrense las manos que vienen tiempos mejores”, el pegajoso lema de campaña del candidato. Sin embargo, fue Bachelet la estrella de la muchedumbr­e concentrad­a primero en el palacio presidenci­al La Moneda, en Santiago, y des- pués alrededor del Congreso, en Valparaíso: “El pueblo unido jamás será vencido”, gritaba la multitud y en medio de gritos de “Gracias Michelle”.

La presidenta, la última mujer jefa de Estado en ejercicio de América Latina, emprendió durante su segundo mandato un ambicioso paquete de reformas para desmantela­r la herencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

“Siento que ahora tengo más experienci­a, madurez, más sentido de la importanci­a de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos”, reconoció esta semana Piñera, de 68 años, vencedor en la segunda vuelta en diciembre ante el oficialist­a Alejandro Guillier. El empresario -con una fortuna valorada en 2.700 millones de dólares por la revista Forbes- ha prometido convertir al país en una nación desarrolla­da en ocho años. Los mercados respondier­on con optimismo a las propuestas de Piñera de incentivar la inversión, apostar con fuerza a la creación de empleos y reducir gradualmen­te la tasa impositiva a las empresas.

Sin mayoría en el Parlamento, el presidente ha suavizado sus postulados de campaña y ha dado un giro al centro para captar votos de la izquierda moderada y en particular de la Democracia Cristiana.

El primer acto de gobierno de Piñera fue altamente simbólico. Por la tarde visitó un centro del Servicio Nacional de Menores (Sename), muy cuestionad­o por el trato y las deficienci­as que afectan a los jóvenes que acoge. Y es que el de Desarrollo Social será uno de sus principale­s ministerio­s, al frente del cual ha nombrado a un hombre de confianza, Alfredo Moreno, quien fue canciller durante su primer gobierno y es presidente de la patronal empresaria­l.

Piñera busca reformar el actual sistema de pensiones creado en la dictadura de Pinochet, que estableció un sistema de capitaliza­ción al que solo contribuye el trabajador y que Bachelet no logró reformar. También ha prometido mantener la gratuidad de la educación que instauró Bachelet y que actualment­e beneficia a unos 300.000 estudiante­s de bajos recursos. Además de mantener la actual ley del aborto terapéutic­o, pese a la oposición de los sectores más conservado­res de su partido, Piñera ofrece dar seguimient­o al proyecto de ley de identidad de género, que ha recibido un fuerte espaldaraz­o tras el Óscar que ganó la película chilena “Una mujer fantástica”, protagoniz­ada por la actriz transgéner­o Daniela Vega.

“El presidente ha mostrado más moderación en sus declaracio­nes, lo que hace pensar que el suyo no será un gobierno de gran ruptura sino de matices”, dijo el analista Marcelo Mella. Con un crecimient­o promedio de casi 2% en los últimos cuatro años, arrastrado por la caída del precio del cobre -del que Chile es el principal productor-, Piñera prometió acelerar el paso de la economía, en neta recuperaci­ón. En enero, el Índice Mensual de Actividad Económica creció 3,9%, su mejor registro para ese mes en cinco años y muchos analistas empiezan a barajar un alza en las previsione­s de crecimient­o al 3,5%. ■

 ?? AFP ?? Institucio­nalidad. El nuevo presidente, Sebastián Piñera y su antecesora, Michelle Bachelet, ayer, en el traspaso de mando en la ciudad portuaria de Valparaíso, sede del Parlamento.
AFP Institucio­nalidad. El nuevo presidente, Sebastián Piñera y su antecesora, Michelle Bachelet, ayer, en el traspaso de mando en la ciudad portuaria de Valparaíso, sede del Parlamento.

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