Clarín

Patear el tablero

- Carola Sainz csainz@clarin.com

El #8M, las mujeres tomaron la calle, marcharon por sus derechos y pidieron el aborto legal, seguro y gratuito. Los reclamos feministas son conocidos: contra la violencia machista y la discrimina­ción y a favor de la igualdad de oportunida­des. La extensión de la licencia por partenidad, la prevención del embarazo adolescent­e, la legalizaci­ón del aborto y la paridad salarial se sumaron al listado de asignatura­s pendientes de la manera menos esperada: en la apertura de las sesiones ordinarias del 1° de marzo, durante el discurso de Macri. El Presidente planteó el debate y propuso la igualdad salarial entre el hombre y la mujer. “No podemos permitir que gane menos. No tiene sentido”, repitió el jueves pasado, al anunciar el envío de un proyecto de ley de equidad de género e igualdad de oportunida­des en el trabajo, realizado en conjunto con la titular del Instituto Nacional de las Mujeres Fabiana Tuñez y la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley. Paralelame­nte, hace una semana, el Sector de Mujeres Empresaria­s discutía sus propuestas para el W20, en la Confederac­ión Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

¿Qué piensan las mujeres que tienen a su cargo elevar recomendac­iones de género, a gran escala, para las ligas mayores del G20? ¿Qué opina concretame­nte Susana Balbo, chair del W20, sobre la agenda “feminista” que compartier­on gobierno y sociedad, a raíz del Día de la Mujer? De esto hablamos el lunes pasado, en el encuentro organizado por líderes empresaria­s para presentar propuestas al más alto nivel: “Me alegra profundame­nte que el gobierno haya tomado el tema de género con seriedad. Pero quiero ver los hechos. Porque todavía tenemos solamente dos ministras mujeres en más de 20 ministerio­s. Me gustaría que de lo declamativ­o se pase a la acción”, responde la diputada. Para Balbo, no fue oportunist­a el planteo: hace tiempo que el país trabaja una iniciativa de paridad de género con el BID. Sin embargo, apunta, Macri debería incluir en su agenda no sólo la paridad salarial en las grandes empresas, sino también en los directorio­s de las compañías que dependen del gobierno. “Además, en todas las empresas donde tiene participac­ión por los fondos del Anses. Que ponga mujeres en el directorio sería un buen gesto. No tengo dudas de que el Presidente está comprometi­do con la igualdad de género. Tiene esa convicción. Ahora, es importante que los ministros también la tengan. Y no estoy tan segura de eso”. Aunque no puede pronunciar­se sobre el abor- to para no interferir en el debate, sí le parece posible resolver la paridad salarial mediante una ley. “De hecho existen casos ejemplares en Noruega, Finlandia, Francia y actualment­e, en Chile. Empresa que no cumple, es castigada. Y el castigo puedo llegar hasta el cierre, como ocurre en Noruega. En Barcelona, una especialis­ta finlandesa me habló de la importanci­a de los cupos y de las leyes para apoyar la paridad. Decía que sin la obligatori­edad es muy difícil imponer un cambio cultural. Tuve que estar de acuerdo, a pesar de que siempre pensé que debía ser una cuestión de meritocrac­ia”, reflexiona la presidenta del W20.

Pudo experiment­ar el cambio en noviembre, cuando votaron en Diputados la Ley de Paridad, del 50y50. “La Ley de Cupo hablaba del 30%, en 1991. Ahora ya representa­mos el 42% de la Cámara Baja -se alegra-. La obligatori­edad sirve en principio. Después ya viene el cambio de mentalidad y se ve como natural”. Según Balbo, quebrar las barreras y romper con los estereotip­os que arrastramo­s es vital a la hora de diseñar estrategia­s de inclusión . “Las mujeres tenemos que acostumbra­rnos a romper estructura­s -advierte a la hora de inaugurar la sesión y dirigirse a las empresaria­s-. Pateen la mesa y reclamen por sus derechos. Aprendan a patear la mesa. Organizaci­ones empresaria­s, háganse escuchar. Trabajen en equipo. Busquen aliados naturales. Hay muchos hombres dispuestos a ayudar a las mujeres porque saben que somos creativas, talentosas y muy responsabl­es. Lo saben”.

No tengan miedo es su última recomendac­ión. “Hagan propuestas que sean válidas desde el punto de vista internacio­nal y transversa­les a los países emergentes. Porque las dificultad­es que tenemos acá se repiten en otras naciones. Así que no tengan temor. Hagan planteos concretos porque tenemos que llegar a los líderes de los 19 países más importante­s del mundo, además de la Unión Europea. Profundice­n y debatan para llegar al comunicado final. Esta es una buena oportunida­d para que nos escuchen y nos hagamos visibles”.

Misión cumplida si logran dejar una secretaría permanente para que el W20 tenga continuida­d y se trabaje el tema de género en todos los países, aún en los capítulos más débiles, como el que se realizará dentro de dos años en Arabia Saudita. “Que el país logre además la ley de obligatori­edad en las empresas sería un gran legado para las argentinas y un muy buen ejemplo para las naciones que todavía no lo tienen”, dice. Un objetivo a tono con las demandas del histórico movimiento feminista que, esta semana, revolucion­ó la calle. ■

En la semana del #8M, propuestas de mujeres de todos los sectores sacudieron al Congreso y a los líderes mundiales.

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