Superclásico Dos leyendas y una final
Fillol y Navarro Montoya analizan el River-Boca de mañana. Entre la historia y el presente, desde el arco.
La puerta del Café Tortoni se abre de par en par y, detrás de ella, se cuenta la leyenda. La del tango, claro. Porque en sus paredes se reflejan aquellas voces que hicieron del 2x4 un patrimonio nacional. Aunque por estas horas también se narra una fábula. La del Mono y el Pato, animales bajo los tres palos de Boca y River, dueños de los arcos más grandes del país. O como dice Ubaldo Matildo Fillol (67), sobreviviente de la única final que disputaron los colosos del fútbol argentino hace 42 años, “los que tienen más historia” porque todos “miden igual”.
Sí, ahí está el número uno que supo vestir el buzo verde esmeralda en el Monumental desde mediados de los setenta hasta principios de los ochenta. También, Carlos Fernando Navarro Montoya (52), ícono azul y oro en los noventa. Palpitan el Superclásico con Clarín, a un día del choque que definirá al campeón de la Supercopa Argentina. Con el sentir que mostraban cada domingo.
La charla se desarrolla en el emblemático bar de Avenida de Mayo. Producto de una campaña de la Fundación presidida por María Galante y apoyada por el Banco Ciudad que dirige Javier Ortiz Batalla, los ex arqueros estarán en Mendoza para alinearse a un mensaje contra la violencia. “Sólo deseo que haya paz como en 1976. Hubo mucho fervor, una cancha a reventar y una fiesta dentro y fuera del campo de juego. Se esperó con mucha ansiedad aquel partido. Nosotros nos fuimos tristes porque perdimos, pero no hubo disturbios. No existía esa agresividad que hay ahora”, reflexiona el Pato, quien todavía recuerda el golazo de Rubén Suñé, un tiro libre notablemente ejecutado que se clavó en el ángulo. “Fue inatajable”, desliza. Boca fue campeón del torneo Nacional gracias a ese inolvidable remate del Chapa.
“El fútbol es una representación genuina de cómo vivimos y sentimos. Pero no es un campo de batalla. Que este partido sea una fiesta popular es lo único que nos tiene que preocupar. No se pueden dejar los valores de lado”, aporta el Mono. Y le juega una chicana a su colega campeón del mundo: “Esperemos que se dé el mismo resultado que en 1976. Tenía apenas 10 años pero lo recuerdo bien, se celebró con intensidad”. -Marcelo Gallardo dijo que “todos podrían pensar que Boca es el favorito, pero no será así”. ¿Qué puede pesar más en esta final? ¿La actualidad en la Superliga o los últimos antecedentes que favorecen a River?
Fillol: -Estar en un mejor momento futbolístico no te garantiza que vas a ganar el clásico. River está un escalón más abajo, se perdió la mística ganadora de los últimos tiempos, es una realidad. Boca le saca un poco de ventaja, pero no mucho. Cuando empieza el partido, todo cambia. Navarro Montoya: -No hay que ser un erudito para decir que Boca está mejor que River. Pero no te asegura nada. Boca haría mal en confiarse. El futbolista sabe a lo que se va a enfrentar. Un Boca-River es excepcional. Y en este caso, más. Ellos tienen la posibilidad de quedar en la historia. Y la importancia de este partido relativiza los antecedentes. -¿Quién tiene más para perder? Fillol: -Por lo que viene haciendo Boca en este campeonato y por los últimos años de River, no se perderá mucho más que un partido. Eso sí, como nosotros nos quedamos con las manos vacías hace 42 años, es momento para una revancha. Le calza justo el rótulo. Ojalá la aproveche River. Sería la revancha del siglo. Navarro Montoya: -Ojalá que no, ja, ja, ja... Más allá de la trascendencia del partido, el fútbol no termina en este Boca-River. El que gane tendrá que refrendarlo en el torneo y la Copa y el que pierda, levantarse. -¿Cuáles pueden ser las claves de esta Superfinal?
Fillol: -River tiene que reencontrarse con su fútbol. No nos olvidemos de que hace tres meses se jugó un clásico en Mar del Plata y le pudo ganar a Boca, más allá de que a esa altura ya le había sacado muchos puntos en la Superliga. Eso es lo rico del juego. Cualquiera puede ganar. Pero, ojo, no sólo hay que pensar en meter garra. Hay que ser inteligentes para jugar. Navarro Montoya: -River va a proponer un partido de fricción, de reducción de espacios. Y Boca tiene que saber leer ese momento. Tendrá que jugar a dos toques, aprovechar el uno contra uno, el buen momento de Pavón, las subidas de Jara... No me imagino a ninguno presionando arriba. Y si, como dice el Pato, River va a tratar de encontrar su fútbol, Boca deberá cortar esa gestión de juego por todos los medios.
-Los arqueros pueden ser los héroes, sobre todo, si el duelo se define en los penales.
Fillol: -Yo quiero que Armani y Rossi tengan una buena actuación y se vean beneficiados con un mano a mano, un penal. Los dos están buscando un partido consagratorio. Acuérdense de Barovero. Tapó tres mano a mano, un penal a Gigliotti y ese Superclásico se transformó en un quiebre. Navarro Montoya: -Aún perdiendo, ambos pueden tener una actuación trascedente. Este partido es un antes y un después para ellos.
Fillol y Navarro Montoya. El Pato y el Mono. River y Boca. Lo imaginan desde el arco con pasión. Y con la voz firme como esas manos que los corporizó en los referentes del que, para muchos, es el puesto más ingrato. ■
El Pato analiza a Armani
Soy fanático del puesto. Ojalá le vaya bien a Franco. Tiene la posibilidad de jugar un partido consagratorio como le sucedió a Barovero en la semifinal de la Sudamericana 2014”.
El Mono analiza a Rossi
Rossi es un arquero de gran envergadura. Es rápido de piernas. Mi deseo es que le vaya bien. Uno sabe lo que se sufre en este puesto. Y un partido trascendental puede dejar su huella”.