El Gobierno promete más diálogo a la UIA, pero sigue con la apertura económica
La dirigencia fabril admitió que la reunión con Peña y Cabrera sirvió para bajar las tensiones. Aunque la entidad mantiene sus reclamos. Acordaron reactivar las mesas sectoriales.
Fue en la reunión que mantuvieron en la Casa Rosada el Jefe de Gabinete y el ministro de Producción con la dirigencia industrial. Los funcionarios pidie- ron que hubiera menos quejas en público y acordaron la reactivación de mesas sectoriales para canalizar los reclamos. Al mismo tiempo ratificaron la política de importaciones. Los empresarios aceptaron bajar el tono, aunque advirtieron que se mantendrán en alerta frente a los problemas del sector.
“No hizo falta aclarar el tema de Moreno”. Con una sonrisa, Miguel Acevedo, titular de la Unión Industrial Argentina, graficó el clima de la reunión en Casa Rosada, donde el Gobierno y los empresarios acordaron la paz. Así, pusieron fin a días de tensión, que incluyeron duros cruces tras una recriminación pública del ministro de Producción, Francisco Cabrera (“Hay que dejarse de llorar”) y una frase fuerte del Presidente ante su Gabinete sobre el ex secretario de Comercio: “Guillermo Moreno les rompió la cabeza”.
El Gobierno se comprometió a “canalizar los reclamos” que los empresarios pusieron sobre la mesa, pero - como anticipó Clarín- mantuvo su postura de no acceder al pedido de limitar las importaciones. Más aún: el ministro de Producción, Francisco Cabrera, defendió la estrategia del Go- bierno: “La mayoría de las importaciones tiene que ver con el ciclo productivo, más del 80%. Es decir, son importaciones que hacen bien a la industria”, dijo, al cabo de la reunión, en una improvisada conferencia de prensa que brindó con Acevedo.
La reunión, que encabezó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su despacho, se prolongó durante una hora y cuarto. Participaron también el vicepresidente primero de la UIA, Luis Betnaza, y el vice segundo, Daniel Fu- nes de Rioja. “La idea es profundizar los acuerdos sectoriales”, amplió Cabrera, al precisar que el trabajo continuará en las mesas sectoriales de metalmecánica, alimentos, servicios basados en conocimiento, comercio y logística, foresto industrial, maquinaria agrícola, energías renovables y Vaca Muerta.
Además de escuchar la postura de los empresarios, Peña y Cabrera pidieron “equilibrio” y que no se resalten sólo los temas conflictivos ( ver página 7). Los empresarios respondieron que “muchas veces” hablaban “de las cosas buenas”, pero tenían menos impacto médiático.
La explicación pareció conformar al Gobierno. Al punto que en el momento de enfrentar los micrófonos, Cabrera se mostró conciliador y buscó despejar dudas respecto a la posición oficial.
“Nosotros nunca pedimos inversiones, nunca le exigiríamos a nadie que hiciera una inversión, porque entendemos que la inversión la tiene que hacer un empresario que está convencido que va a tener una rentabilidad”, explicó.
A los empresarios no les hizo ruido que, finalmente, el presidente Mauricio Macri no pasara a saludar, ya que a esa hora recibió a su par de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarović. Igual, Cabrera aclaró que minutos antes se comunicó con él y le “ratificó su compromiso con la industria y pidió participar de algunas de las mesas” de trabajo.
“Fue una reunión técnica”, lo justificó, también, Acevedo. De todos modos, pese a la ausencia de Macri, el encuentro significó la foto de re- conciliación entre el Gobierno y la UIA luego de días de extrema tensión, que comenzaron cuando Cabrera, cansado de las críticas de los empresarios, les pidió que no fueran “llorones” y les propuso “una agenda adulta” y trabajar “solucionando problemas, no en enunciar estupideces”. Ya en ese momento la intención de los empresarios había sido calmar los ánimos, pero el Presidente, en la reunión de Gabinete de la semana pasada, redobló la apuesta, felicitando a Cabrera y dejando una reflexión muy dura: “(Guillermo) Moreno les rompió la cabeza a muchos de estos tipos”.
El pedido de reunión de la UIA al Gobierno no tardó en llegar. Y los empresarios se mostraron conformes tras la reunión. No sólo Acevedo, que dijo estar gratamente “sorprendido” porque duró “más de lo que esperaba”, sino también Funes de Rioja, que en diálogo con Clarín relativizó los cruces de la previa. “Las discrepancias no son de fondo, son de tiempos. El gradualismo impone un manejo de los tiempos de las cuestiones ó las presiones a las demandas de competitividad”, indicó. Acevedo, también en diálogo con este diario, insistió: “Me dejó muy conforme porque ya estamos pensando de cómo vamos a trabajar a futuro para plantear las cuestiones que nos preocupen. Nosotros no estamos en contra del Gobierno”.
Un rato antes, en Casa Rosada, había bromeado al recordar que había dicho que asistiría “con un paquete de pañuelos” descartables por si debía llorar: “Traer los traje, pero no los saqué, no hizo falta”. ■