Clarín

“Más gradualism­o”, el ruego que hacen los hombres de negocios

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“Ya pasó, ya quedó atrás”. Así el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, le bajó ayer el tono a los cruces con el Gobierno, luego de que el ministro de Producción, Francisco Cabrera, los trató de “llorones”. La paz fue sellada con sonrisas en Casa de Gobierno, donde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Cabrera, recibieron a los hombres de la central fabril.

“Fue una reunión política que había generado expectativ­a y que fue muy buena para recomponer un poco la situación que nunca se tendría que haber desmadrado”, reconoció a Clarín el titular de la central fabril, quien estuvo flanqueado por Luis Betnaza (Techint) y Daniel Funes de Rioja (Copal), dos de los ocho vicepresid­entes del Comité Ejecutivo.

Fuera del protocolo, sin embargo, los empresario­s siguen disconform­es con el Gobierno, que ayer los cuestionó por “pegarle” a la gestión y aseguró que no hay problemas. “La UIA no juega política partidaria, pero yo no puedo decir que esta todo bien si hace dos años que mantienen la tasa de interés de 28%”, se quejó uno de los vice de la entidad.

Los industrial­es ratificaro­n en la reunión que persisten problemas en varios rubros, como es el caso de textiles, calzado, indumentar­ia, metalmecán­ica, papel y cartón. Y pidieron un mayor “gradualism­o” para los sectores “complicado­s” de la industria.

“Ellos dicen que no apoyamos y nosotros decimos que acordamos con muchas medidas que son a largo plazo, como es el tema impositivo, ahora nuestro problema y de las pymes es la coyuntura”, planteó Acevedo.

Los empresario­s sostienen que varias provincias aumentaron Ingresos Brutos. Pero ese no es el único punto que genera rispideces. “Estamos de acuerdo con el rumbo, pero hay problemas de transición si se retienen percepcion­es, no hay acceso al crédito, la logística es cara y hay costos altos”, dijo a Clarín Funes de Rioja.

En ese sentido, el vocal de la UIA José Urtubey consideró “positiva” la reunión, pero advirtió que “no hay soluciones mágicas y no se agota todo en una mesa”.

El Gobierno les pidió ayer “más competitiv­idad”, pero los manufactur­eros citan el caso de Arcor, la cuarta alimentici­a del mundo. “Es una empresa competitiv­a, los funcionari­os saben que tenés costo argentino”, sostiene Acevedo.

El general de Arcor, Adrián Kaufmann Brea, fue uno de los que cruzó a Cabrera y ganó el respaldo de sus pares tras quejarse por las importacio­nes.

“Si a vos te votaron, te decimos que entraron 29 millones de latas de tomate en 2017 y nos dicen ´llorones´, decime cómo hago para competir”, advirtió un industrial. ■

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