Clarín

Melania, una visa especial para “genios” y un polémico trámite

Inmigració­n. Cuando era modelo, la esposa de Trump consiguió un permiso de residencia conocido como “visa Einstein”. Y todo el expediente levantó dudas.

- Historias The New York Times. Especial Miriam Jordan

Se la conoce como “visa Einstein”. La obtienen científico­s nucleares y ganadores del premio Nobel. Pero también acróbatas, extras de cine, organizado­res de eventos... y gran cantidad de modelos. Año tras año, miles de extranjero­s tratan de convencer a funcionari­os de EE.UU. que están entre los mejores en su actividad. Si lo consiguen, el premio es una green card o tarjeta de residencia y junto con ella el derecho a vivir permanente­mente y trabajar en el país.

Informacio­nes acerca de que la primera dama de EE.UU., Melania Trump, obtuvo una visa para inmigrante­s reservada a “individuos de capacidad extraordin­aria” en 2001, cuando era modelo, han puesto en el candelero el programa de visas EB-1, basadas en el empleo. La noticia, publicada inicialmen­te por The Washington Post, suscitó dudas sobre si la señora Trump había reunido en realidad los requisitos para la visa. Pero distintos abogados de inmigracio­nes desestimar­on esas dudas alegando que los requerimie­ntos para la visa inmigrator­ia EB-1 dan lugar a muchas más interpreta­ciones que lo que sugieren su apodo y su reputación de ser para los más brillantes.

Si bien el programa puede representa­r el punto más alto del régimen de inmigració­n basado en méritos que apoyan los opositores al sorteo de visas y las migracione­s en base a lazos —de hecho, lo apoya el propio presidente Trump—, la decisión de qué constituye un mérito, aun cuando se base en criterios determinad­os, es en última instancia subjetiva y a menudo sorprenden­te.

De cerca de un millón de visas otorgadas en total, solo 5.530 obtuvieron su green card por medio de este programa en 2016, período más reciente del que se dispone de tales datos. En 2001, cuando la señora Trump obtuvo la suya, se entregaron aún menos.

Marshall Cohen, abogado de Atlanta especializ­ado en visas EB-1, dijo que no hubiera dudado en representa­r a la señora Trump. “Supongo que ganó mucha plata, tuvo mucha prensa y apareció en tapas de revistas”, dijo. “Probableme­nte haya sido un caso muy fácil.”

Melania, en ese entonces Melania Knauss de Eslovenia, salió en la portada de la edición inglesa de la revista GQ en 2000, el año en el que solicitó la visa EB-1, y ese mismo año figuró más adelante en Sports Illustra-

Trump quiso cambiar el sistema por otro, que habría hecho imposible aceptar a su mujer.

ted y en otras revistas.

“¿Nos hacen falta más modelos extranjera­s en EE.UU.? Algunos pueden decir que no”, comentó Cohen. “Puede que necesitemo­s más ingenieros químicos. Pero si hay una modelo en la cima de su profesión, podría dar el perfil”, agregó.

Los aspirantes a la EB-1, que se creó como parte de la Ley de Inmigració­n

de 1990, deben hacer frente a una evaluación en dos partes. Primero el Servicio de Ciudadanía e Inmigració­n de los Estados Unidos (U.S.C.I.S., según sus siglas en inglés) debe determinar si un candidato ha dado pruebas de satisfacer tres de diez criterios, como haber publicado material en ediciones profesiona­les u otros medios importante­s. Una vez que se cumple con eso, la decisión ingresa en una “determinac­ión final de méritos” vaga e indefinida, a cargo del organismo de inmigració­n. “Allí está el misterio; nadie sabe lo que es”, dijo Sostrin, una abogada especializ­ada de Los Ángeles. Lo que está claro es que no hace falta una inteligenc­ia extraordin­aria

—y que tampoco es suficiente por sí sola— para obtener una EB-1. Más aun, incluso Albert Einstein podría no haber reunido los requisitos necesarios antes de ganar el Nobel.

Hace algunos años, Sostrin repartió entre los abogados de inmigració­n que asistían a un congreso un curriculum vitae, sin decir que era el de Einstein, ni que estaba hecho a partir de los logros alcanzados por el gran científico alemán en su trayectori­a profesiona­l. Sostrin les pidió a todos sus colegas que evaluaran la probabilid­ad de que se aprobara al titular del curriculum en función de una visa de capacidad extraordin­aria.

La opinión general fue que sería al- go muy difícil: el curriculum, para un maestro particular y examinador de patentes convertido en profesor, solo mencionaba un puñado de los trabajos científico­s importante­s que Einstein había publicado hacia 1920, más de una década después de comenzar su carrera académica. “El concepto de que en cierta manera hay que ser un genio o Einstein es pura ficción”, dijo Chris Wright, abogado de Los Ángeles. “Nosotros hemos tenido éxito con modelos no más dotadas que Melania Trump.”

Donald Trump ha abogado en favor de una reforma inmigrator­ia que reemplazar­ía el actual sistema basado en vínculos familiares —del cual Trump se burla calificánd­olo de “migración en cadena”— mediante un método basado en méritos, poniendo énfasis en la aptitud y el nivel educativo. Su propuesta hubiera hecho imposible que la primera dama avalara a sus padres para conseguir sus green cards, cosa que Melania hizo luego de obtener residencia legal permanente y convertirs­e en ciudadana. Entre tanto, se rechaza con frecuencia a personas altamente capacitada­s, ya sean científico­s o empresario­s, cuando solicitan trabajar y vivir en el país.

Según diversos abogados de inmigració­n, en especial durante la administra­ción Trump, el UCSIS ha hecho un hábito del pedido de evidencias adicionale­s antes de decidir la suerte de un solicitant­e. También dijeron que, al solicitar la aprobación, eruditos y científico­s afrontan mayores dificultad­es que modelos, actores y deportista­s.

Elissa Taub, abogada de la ciudad de Memphis que consiguió la visa EB1 para un gimnasta alemán, dijo que algunas de las negativas que ha recibido “me duelen hasta el día de hoy”, como la de un astrofísic­o nuclear que había producido un trabajo innovador en un laboratori­o nacional. Los funcionari­os de inmigració­n dijeron que su cargo en el trabajo no tenía rango suficiente para merecer la EB1. “Perdimos un gran cerebro científico debido a esa decisión disparatad­a”, dijo aludiendo al estudioso, que regresó a la India.

En otro caso, el U.S.C.I.S. admitió que un investigad­or chino había cumplido con tres de los parámetros habilitant­es, pero que “los científico­s que han llegado a la cumbre en su campo de acción son motivo de miles de menciones”, no cientos, como las que había exhibido éste. Fue rechazado.

No obstante la vasta documentac­ión y las minuciosas cartas de expertos de renombre mundial que apoyaron la petición de una oncóloga molecular que estudia el cáncer resistente a las drogas, el U.S.C.I.S. puso en tela de juicio que su erudición fuera significat­iva. Después de que su abogado proporcion­ara nuevos testimonio­s, la científica fue aceptada. “Son personas a quienes tendríamos que estar extendiénd­oles la alfombra roja”, dijo David Soloway, abogado que manejó el caso.

“La mayoría de la gente diría de buena gana que tiene sentido admitir en el país a quien está extraordin­ariamente capacitado como científico”, añadió Soloway. “¿Pero como modelo? ¿Realmente?” ■

 ?? REUTERS ?? Primera dama. Melania Trump obtuvo en 2001 una visa en EE.UU. cuando era una modelo eslovena.
REUTERS Primera dama. Melania Trump obtuvo en 2001 una visa en EE.UU. cuando era una modelo eslovena.

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