Tragedia griega, con sello local
Con el ballet del San Martín, presenta su versión de “El reñidero”, basada a su vez en “Electra”.
El Ballet Contemporáneo del San Martín que dirige Andrea Chinetti y codirige Miguel Elías comenzó su temporada con el estreno de El reñidero, coreografía de Alejandro Cervera y música de Zypce, inspirada en la obra teatral de Sergio de Cecco de 1974. El año pasado los directores habían propuesto a Cervera un gran proyecto: “Una producción –dice Cervera- que unía al Grupo de Títeres con el Ballet, tremendo y lindísimo desafío que no pudo hacerse; propuse entonces para este año algo del costumbrismo argentino y en mi brutalidad me dije, “¿por qué no El reñidero?”.
-¿Por qué en tu brutalidad? Porque no es una obra estrictamente costumbrista. Está basada en la Electra de Sófocles, una tragedia desgarrada, y al adaptarla Sergio de Cecco la ubica en 1905, con sus cuchilleros, malevos y punteros políticos. Mi propia versión para danza se aparta un poco de esa época y la trae hacia la actualidad.
-¿Qué te atrajo de la obra? ¿La posibilidad de establecer un paralelo con el presente?
-Me atraen mucho los griegos y esa vinculación con lo inexorable que está en la tragedia, un designio del que los seres humanos no podemos escapar. Me atrajeron también estos cinco personajes que componen una familia, si podemos llamarla familia, marcada por la violencia, la sed de revancha, la traición y por un amor desaconsejable como el que siente Electra/Elena por su padre. Todas cosas interesantes para trabajar con los bailarines. Es una obra muy teatral pero también muy física.
-¿Hay textos?
-Una actriz dice unos pocos textos que están en la obra de De Cecco pero que no pertenecen a los protagonistas sino a los personajes secundarios, que serían para él, para De Cecco, como el coro que comenta las acciones tal como ocurre en la tragedia griega.
-¿Cómo se cuenta la historia?
-Hay quince escenas, pero no existe una narración lineal ni muy atada al relato. Trabajé sobre todo con las imágenes y las sensaciones que me producía la lectura. Por ejemplo, Orestes no es el hijo que Pancho hubiera querido tener. A partir de allí pensé una escena en la que le enseña a empuñar un arma y Orestes no puede, no está hecho de ese material. La obra en general no rehúye las escenas de violencia ni las sensua-
les y en este sentido creo que tiene sobre todo mucha teatralidad. -¿Cómo podrías describir qué es la teatralidad en una obra de danza? -Cuando los gestos o movimientos expresan claramente un contenido, como apretar fuertemente los puños. Un poco lo contrario serían los movimientos de danza abstractos. Fui muy preciso en explicar a los bailarines las escenas teatrales, hacia dónde va la obra y qué por qué la estoy haciendo.
-¿Por qué la estás haciendo?
-Ya soy grande, voy conociéndome un poco y me doy cuenta de que me gusta contar historias en el escenario, me gusta que el público entienda lo que está sucediendo. E historias como ésta tienen una gran potencia y resuenan fuertemente en mí. ■