Alemania arrestó a Puigdemont y decide si lo entrega a España
Intentaba volver de Finlandia a Bélgica en auto, por temor a ser arrestado en el aeropuerto. Fue detenido apenas ingresó a territorio alemán, 155 días después de haber huido de Barcelona. Tiene cargos por “rebelión”, con penas de hasta 30 años.
La detención del ex presidente de Cataluña, prófugo y autoexiliado en Bélgica, se suma al encarcelamiento de varios líderes independentistas. El gobierno alemán tiene hasta 60 días para decidir la extradición por rebelión. En Barcelona hubo protestas e incidentes con la Policía.
La fuga del ex presidente catalán Carles Puigdemont acabó ayer en una autopista al norte de Alemania 155 días después de huir de España para evitar la acción de la Justicia. El auto de procesamiento del juez del Tribunal Supremo español Pablo Llarena, que prevé juzgar a los dirigentes secesionistas catalanes, volvió a activar la orden europa de detención y entrega (el mecanismo de extradición entre países de la Unión Europea, también conocido como ‘euroorden’) cuando Puigdemont se encontraba en Finlandia.
Ante el temor de ser arrestado en el aeropuerto de Helsinki cuando intentaba volver a Bélgica, el entorno del ex mandatario secesionista catalán ideó una fuga por carretera de más de 2.000 kilómetros. El sábado, ni las autoridades finlandesas tenían constancia de su paradero ni las belgas la seguridad de que el ex presidente catalán hubiera vuelto a su territorio. Cuando ayer, poco después de las 11 de la mañana (las 6 de la Argentina), a bordo de un Renault Espace y acompañado de cuatro personas, había entrado en Alemania desde Dinamarca, agentes alemanes lo localizaron en una estación de servicio y lo arrestaron.
La fuga de Puigdemont acabó en el kilómetro 35 de la autopista A-7 de Alemania, la que une la frontera danesa con la ciudad de Hamburgo. Tras ser conducido en un primer momento a una comisaría, Puigdemont fue pocas horas después trasladado a la prisión de Neumünster, en el estado de Schleswig-Holstein, al norte de Alemania. Ironías de la vida, Schleswig-Holstein es el segundo apellido del rey de España Felipe VI.
El ex presidente catalán llevaba meses diciendo que en España estaba siendo perseguido por un Estado autoritario y que podía moverse libremente por Europa. Este mismo lunes será presentado ante un juez. Si Puig- demont acepta la entrega a España voluntariamente ésta será inmediata. Si la rechaza se abrirá un proceso judicial hasta que los tribunales germanos decidan su extradición o rechacen la petición de las autoridades españolas, un proceso que podría durar 60 días.
Varios medios españoles contaban ayer que el servicio secreto español, el CNI, había seguido a Puigdemont desde Finlandia en su fuga y que esperaron a que llegara a Alemania para comunicarlo a las autoridades germanas. Entre 10 y 12 agentes españoles siguieron a Puigdemont desde la mañana del viernes en la capital de Finlandia hasta la del domingo, cuando dieron aviso a sus colegas alemanes, que pusieron en marcha a sus agentes de Policía. España se garantiza así un país en el que las posibilidades de éxito del proceso de extradición parecen mucho más altas que en Bélgica. Alemania, cumpliendo la normativa europea, estaba obligada a arrestar a Puigdemont desde el momento que un Tribunal español activó la orden europea de detención y entrega. Los datos que maneja la Comisión Europea (de 2015) aseguran que de 1.635 personas detenidas, 1.283 fueron entregadas al país que emitió la orden. La Justicia española había cancelado la petición de detención y entrega a las autoridades belgas por temor a que los tribunales de este país entregaran a Puigdemont reduciendo los delitos por los que podía ser juzgado en España. Bélgica no contempla el delito de “rebelión”, el más grave del que Puigdemont está acusado en España.
Medios catalanes cercanos al nacionalismo explicaban ayer por la tarde que los abogados de Puigdemont intentarían en un primer momento que la Justicia alemana se desentendiera del caso argumentando que debía ser la belga. Al dar curso al trámite de detención y entrega las autoridades alemanes parecían anoche descartar esa opción.
La situación jurídica en Alemania es mucho más complicada para el ex presidente catalán. Los delitos de los que está acusado en España tienen correspondencia en el Código Penal germano, en el que se establecen entre 10 años y cadena perpetua por “alta traición”, equiparable al delito de “rebelión” del Código Penal español que prevé penas de hasta 30 años.
Alemania castiga a quien “con violencia o con amenaza de violencia” intente “perjudicar la existencia” del Estado o “cambiar el orden constitucional”. También se castiga el delito de “preparación” de alta traición con penas de hasta cinco años de cárcel. En Finlandia también se contemplan los intentos de sedición con 10 años de prisión, de ahí su precipitada fuga para volver a Bélgica sin ser detenido. Políticamente la situación es también distinta. Si en Bélgica Puigdemont tenía el apoyo de los nacionalistas flamencos, primera fuerza política del país, en Alemania no tiene amigos y Angela Merkel es aliada política del presidente español Mariano Rajoy. ■