La verdad sobre su hermano, con síndrome de Down
En 1966, cuatro años después del nacimiento de Rebecca, Arthur Miller e Inge Morath tuvieron un segundo hijo, Daniel, que nació con síndrome de Down. Un artículo de 2007 de
Vanity Fair sugirió que cuatro días después de nacer había sido prácticamente abandonado en una institución “superpoblada e infra atendida” en Connecticut. Y que había sido “eliminado” de la vida pública y privada del escritor. “Ese artículo -dice Rebecca- fue escrito con malicia. Hicieron parecer como que mi padre nunca lo visitaba, lo cual no era verdad. Lo veía. Es sólo que quizá no era
suficiente. Pero hay que poner las cosas en una perspectiva histórica. Había otras familias que ponían a sus hijos con síndrome de Down en instituciones. En la película soy honesta con mis limitaciones: no sé qué pensaban porque nunca me lo dijeron. Sólo sé que mi relación con mi hermano es genial”. Animada por su marido, Daniel Day-Lewis, Rebecca incorporó a su hermano a su vida.
“Empecé a verlo mucho más que cuando tenía 20 años, y más aún cuando formé mi propia familia”. Su marido, dice, “le trajo aire fresco” a su vínculo con su hermano. Y cuenta que él está “inmensamente feliz” ahora. Trabaja, participó seis veces en ciclismo en las Special Olympics. Y vive con una familia que para ella es “como una segunda familia” y tiene “una maravillosa vida social”.