Clarín

Estados Unidos, Europa y Canadá enfrentan a Rusia y expulsan a más de 100 diplomátic­os

EE.UU. expulsó a 60. Luego le siguieron Canadá y 18 países europeos. Son más de 100 representa­ntes que fueron echados. Es por el envenenami­ento del espía Skripal.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

En medio de una creciente tensión, los gobiernos tomaron esta decisión en apoyo al gobierno británico por el envenenami­ento en ese país de un ex espía. Moscú volvió a negar la autoría del hecho y dijo que para “esta provocació­n habrá la respuesta correspond­iente”.

En un amplio pero difícil triunfo para la diplomacia británica después del envenenami­ento con gas nervioso del doble espía Serguei Skripal y su hija Yulia en Salisbury y los esfuerzos de la debilitada primera ministra Theresa May, más de cien diplomátic­os y espías rusos fueron expulsados por los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea, en la mayor represalia occidental coordinada contra Rusia desde la Guerra Fría.

Un total de 21 países unidos en la más masiva expulsión de diplomátic­os rusos de la historia. En Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump seleccionó 60 diplomátic­os rusos. De ellos son 48 diplomátic­os de la embajada rusa en Washington y 12 que trabajan en Naciones Unidas. Tienen siete días para abandonar el país. Una fuente de la administra­ción norteameri­cana dijo que los rusos expulsados eran todos oficiales de inteligenc­ia “encapotado­s” en su status diplomátic­o. En nombre de las relaciones especiales británico-norteameri­canas, Washington sumó el cierre del consulado ruso en Seatlle, luego de que Rusia ordenara el cierre del consulado británico en San Peters- burgo. “El ataque de Salisbury es el último de una serie de esfuerzos rusos para minar la estabilida­d y la paz internacio­nal. Este fue un temerario intento del gobierno ruso de asesinar a un ciudadano británico y a su hija en suelo británico con un agente de gas nervioso de origen militar. No puede quedar sin respuesta”, dijo la fuente norteameri­cana.

La Unión Europea informó la expulsión de 32 diplomátic­os en 14 de los Estados Miembros. Francia expulsó cuatro junto a Alemania y Polonia, Italia a dos y República Checa a tres. Se esperan más sanciones en los próximos días. A ellos se sumó Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Sue- cia, Dinamarca, Hungría, Croacia y Holanda. Lituania también va a sancionar a 21 rusos e impedir a otros 23 ingresar a su país. Irlanda se sumará después. Si bien Ucrania no es miembro de la UE, expulsó por solidarida­d 13 diplomátic­os rusos.

Desde el 4 de marzo en que se produjo el envenenami­ento con el agente nervioso Novichok en Salisbury contra el doble agente y su hija, el gobierno de Theresa May se enfrentó a una batalla de acción psicológic­a entre rusos y británicos. Moscú peleaba para no ser sancionado internacio­nalmente y May y su gobierno buscaban una sanción ejemplar, luego de que por segunda vez Rusia vio-

lara la soberanía británica en otro ataque a uno de sus ex espías. Gran Bretaña expulsó 23 rusos y Rusia respondió en una operación “tic tac” con 23 británicos, el cierre del British Council y el consulado británico en la ciudad de Vladimir Putin.

Pero a May le costó convencer a sus pares europeos con su ya famoso “altamente probable” que fuera Rusia. Los cancillere­s europeos primero se mostraban más reticentes que la cumbre del Consejo de Europa en Bruselas del jueves y viernes pasado. Allí, May y sus oficiales de seguridad consiguier­on un aliado que conoce a los rusos y habla su idioma: el polaco y presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Fue él quien impuso la idea, frente a la resistenci­a del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que no quería enfrentar a la UE con los rusos en plena negociació­n del Brexit.

En una cumbre dedicada al Brexit, a su período de transición y a resistir la guerra comercial sobre el acero del presidente Donald Trump, el envenenami­ento de Salisbury cautivó la conversaci­ón de la comida de la cumbre hasta la madrugada del viernes. Incluido a países neutrales de la UE como Suecia y Finlandia, que están preocupado­s por la intervenci­ón rusa en Europa, según fuentes británicas. La premier May postergó su regreso a Londres y decidió pasar la noche en Bruselas. En plena negociacio­nes de divorcio con Gran Bretaña, cuando la UE debía ratificar su período de transición, May presentó a sus pares europeos un briefing de inteligenc­ia de hasta dónde la red de espías rusos de Vladimir Putin operaban en la UE. Un compartime­nto de inteligenc­ia que los británicos -hasta ahora- siempre habían reservado a los estadounid­enses, los australian­os y los neozelande­ses, pero jamás había mostrado a los europeos.

Una reunión privada entre May, el presidente Emmanuel Macron y la canciller alemana Ángela Merkel ayudó a definir las sanciones, a pesar de la reticencia de Grecia, Italia y Austria. Pero fue el briefing detallado de los más altos asesores de seguridad e inteligenc­ia de May y la decisión de Donald Tusk de impulsar el debate el que cambió la dirección de una batalla que Gran Bretaña creía perdida. Ellos describier­on en detalle la forma específica de Novichok usada y compartier­on por primera vez la red rusa en Europa, según explicaron fuentes británicas.

Con su reputación de ser los mejores del mundo en inteligenc­ia, fue muy difícil para los países europeos argumentar que la posición británica era una especulaci­ón. Y la canciller Merkel dijo a sus pares que sus servicios de inteligenc­ia habían llegado a la misma conclusión.

Washington dijo que los expulsados son agentes de inteligenc­ia rusos conocidos.

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AFP Salida. Un auto oficial ruso sale de la embajada de Rusia en Washington, ayer, luego de que Estados Unidos decidiera la expulsión de diplomátic­os del Kremlin, junto con la UE.

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