“La mayor emoción es que cerramos un círculo”
Cómo lo vivieron. El homenaje en el cementerio de Darwin de las madres, los padres y los hermanos de los ex combatientes.
Los familiares que viajaron a las Islas Malvinas brindaron conmovedores testimonios del histórico momento que les tocó vivir. Fueron allí, al Cementerio de Darwin, para honrar a los 90 caídos en la guerra que fueron identificados meses atrás y que ahora ahora sí descansarán con sus nombres. Las palabras de los padres, madres y hermanos de los ex combatientes que viajaron para "cerrar un círculo" fueron recogidas por Clarín antes y después del homenaje.
Norberto Scaglione (87), padre de Claudio Scaglione, muerto en Monte Longdon en los últimos días de la guerra, dijo: “Estoy tan saturado y ya lloré tanto que llego acá sintiendo que se terminó el problema. Ya está. El círculo queda cerrado. Me quedé solo otra vez”.
“Tuvo mala suerte. También murieron sus tres compañeros de trinchera. A uno de ellos lo encontré en la tumba al lado de la suya. Eso me alegró”, contó pausadamente.
Norberto buscó a su hijo Claudio durante años creyendo que estaba preso en el Reino Unido. Pasó más de dos décadas buscándolo, llegó a ir a Ginebra, a las Naciones Unidas; estuvo con la Cruz Roja pidiendo ayuda para saber si era cierto el testimonio de un compañero que le sembró la duda.
Le dijo que “una noche los ingleses se lo habían llevado”. No era cierto. Pero Norberto siguió buscando. Un día le escribió a un legislador de la Cámara de los Lores, quien le contestó que se comunicara con el Estado Mayor Conjunto. Lo hizo y le respondieron que no había ningún argentino “retenido” en Gran Bretaña.
Su esposa murió en 2016 sin saber siquiera que su marido se iba a hacer el ADN.
Sonia Cárcamo y José Ortega, padres de José Onorio Ortega, fallecido en Goose Gone, a los 18 años, durante la batalla de Darwin el 28 de mayo de 1982, también viajaron a Darwin. La señora fue una de las primeras madres en aceptar hacerse el ADN. Son los únicos en esta situación en Santa Cruz.
“No quería hacerme la cabeza, pero me contactó Julio Aro, nos hicimos el ADN los dos y salió”, relató Sonia. Ahora viajaron con una de sus hijas. Ella fue en la primera visita histórica de familiares, en 1991, y después volvió varias veces. En el primer viaje “adoptó” una de las tumbas, que ahora también visitó como para sentir que no la dejaba sola.
“La mayor emoción es que cerramos un círculo. El dolor no, pero está incorporado. También para mi marido. Yo fui varias veces pero él no quiso ir más. Es la primera vez que vuelve”, expresó.
Norma Gómez , presidente de la Asociación Familiares de Caídos del Chaco, apuntó: “Es algo muy emocionante. Después de 36 años ya sabe- mos dónde está Eduardo para poder elevar una plegaria hacia él. Sé que ya está en un lugar privilegiado con su mamá y sus hermanos. Es un día muy emocionante y estoy acompañada por mi hermano y su hermano Guillermo, que tenía seis añitos cuando él partió a Malvinas”, contó. A los 19 años, Eduardo Gómez cumplía el servicio militar obligatorio en Monte Caseros, Corrientes, cuando fue convocado para ir a Malvinas
El de María del Valle Cayo es uno de los casos de familiares de caídos invitados al viaje por haber dado su ADN y quien -sin embargo- no pudo aún saber dónde está su hermano Antonio Máximo Cayo, marino mercante de Isla de los Estados.
Antonio Máximo murió en el ataque y hundimiento del barco de provisiones hundido por el HMS Alarcrity, el 10 de mayo de 1982.
A María del Valle se la vio ayer a la mañana caminando por el cementerio, contenida pero sin respuestas aún porque el ADN que le extrajeron hasta el momento dio negativo. Contó a Clarín que desde el Equipo Argentino de Antropología Forense le ofrecieron exhumar los restos de su mamá que está enterrada en Chicoana, Salta, para obtener una muestra más cercana. Se siente triste por haber estado en Malvinas sin la respuesta que sí ha tenido el resto del contingente, que ya tienen ubicados a sus familiares. “Él está en Malvinas y eso es lo importante. Al principio no quería venir porque no lo iba a soportar”. ■