Para 2019, Macri quiere unificar los comicios en sus distritos y evitar que el PJ desdoble
Es parte de su estrategia para la reelección. El oficialismo tiene poder local sobre más del 50% del electorado.
El Gobierno tiene decidido avanzar en su estrategia 2019 para contrarrestar la jugada del peronismo de desdoblar las elecciones provinciales de la presidencial.
En la partida de ajedrez que ya comenzó contra los gobernadores del PJ, el Ejecutivo tiene previsto su primera movida: bajar la orden para que las provincias gobernadas por Cambiemos unifiquen las elecciones locales con la general.
Así, el oficialismo contará seguro con la provincia de Buenos Aires, la Capital Federal, Mendoza, Jujuy y Corrientes (no elige gobernador). Si bien son apenas 5 de los 24 distritos que conforman el país, representan el 53,7% del electorado nacional, casi 18 millones de votantes que serán un factor clave en la primera vuelta de la presidencial.
Si los resultados de los comicios legislativos del 2017 en esos cinco distri- tos se repitieran, Cambiemos contaría para las generales con una base del 17%de los votos para alimentar la reelección de Mauricio Macri.
Claro está que tras dos años de gestión, sobre todo la económica, puede haber mermado ese apoyo.
De las 19 provincias restantes, 14 están gobernadas por el peronismo y 12 son las que analizan desdoblar, porque Chaco y Tierra del Fuego, por sus constituciones provinciales, tienen fecha distinta que la nacional.
En el resto, sin un candidato presidencial potable para el año que viene que les asegure no solo pelear la Presidencia sino reelegir en sus provincias, los gobernadores vinculados al Partido Justicialista aspiran a mejorar su performance si sacan las campañas locales de la discusión nacional.
Es allí donde el think tank macrista es invadido por otra hipótesis de trabajo: “No está claro que las provincias opositoras que vayan a desdoblar ganen. Les va a resultar difícil, con la reelección de Macri como bandera, provincializar las elecciones de 2019”, replica un funcionario.
Ese razonamiento binario es consecuencia de una realidad de la cual el oficialismo se percató en las legislativas 2017. Que al Gobierno le fue mal en los distritos que lograron “provincializar” la discusión de campa- ña. Y en otros como Salta o Córdoba donde el debate se nacionalizó, Cambiemos arrasó.
El desdoblamiento motiva a diez gobernadores peronistas que pueden aspirar a su reelección. Son los casos de Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Juan Schia- retti (Córdoba), Lucía Corpacci (Catamarca), Sergio Uñac (San Juan), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), José Manzur (Tucumán) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis).
Mientras que Sergio Casas (La Rioja) y Juan Manuel Urtubey (Salta) no reeligen; en tanto Alicia Kirchner (Santa Cruz) tiene muy pocas chances de lograr un segundo mandato y la situación de Mariano Arcioni (Chubut), que asumió tras la muerte de Mario Das Neves, es una incógnita.
Pero el análisis macrista no termina en 2017. Observan que en 2015 muchas provincias desdoblaron pero no estaba claro si ganaba Daniel Scioli o Macri. Ahora, creen, la reelección “es clara y muy factible”. Por eso ven más difícil despegar con una elección anticipada del debate por otros cuatro años más de Macri.
Por eso, ya preparan una segunda movida, más audaz, con la que se entusiasman en jaquear a los mandatarios del PJ. Reimpulsar -tal como lo adelantó Clarín- la reforma electoral que tiene media sanción en Diputados y que el peronismo, de la mano de los gobernadores y del jefe del Senado, Miguel Angel Pichetto, la rechazó en 2016.
Esa iniciativa proponía la boleta única electrónica y sugería la simultaneidad de las elecciones provincia- les con la nacional. Esta última solo se limitaba a una sugerencia, porque la Constitución Nacional es clara en cuanto las autonomías provinciales en lo que respecta a, por ejemplo, definir la fecha de votación. El oficialismo tiene este año para reflotar ese proyecto, de lo contrario, viene caducará.
Puertas adentro de la Casa Rosada se conforman con la boleta única (en este caso de papel) porque significaría un importante ahorro de dinero de campaña para los gobiernos locales.
Pero un sector del Gobierno está dispuesto a dar pelea más allá y analiza que si el peronismo no se aviene a aprobar esta vez la reforma electoral, debería ser el propio Macri quien deje en claro en pleno proselitismo, en cada provincia que decida desdoblar, cuántos millones le significarán a los ciudadanos de ese distrito el “capricho” de su gobernador, además de tener que votar cuatro o más veces. ■
El Presidente amenaza a los gobernadores de la oposición con decir que no unificar sale caro.