Alemania deja preso a Puigdemont hasta que se resuelva la extradición
Fue arrestado el domingo apenas llegó a territorio alemán. El trámite de entrega puede demorar 45 días.
Carles Puigdemont seguirá en prisión en Alemania mientras la Justicia germana tramita la petición de entrega emitida por las autoridades españolas. El ex presidente catalán fue detenido el domingo al norte de Alemania tras 155 días de fuga cuando intentaba volver a Bélgica por carretera desde Finlandia, donde había acudido como invitado de un diputado de un partido nacionalista de Laponia.
El Tribunal Administrativo de Neumünster decidió mantener a Puigdemont en prisión preventiva durante el tiempo que tarde en tramitar la entrega a España. La huida de Puigdemont y sus movimientos por Europa en los últimos meses (Bélgica, Dinamarca, Suiza y Finlandia) acrecientan el riesgo de fuga.
La “euroorden” (el sistema que sustituyó a los tradicionales procesos de extradición entre los países de la Unión Europea) será revisada en los tribunales de ese land alemán. Alemania tarda entre 15 y 45 días de media en procesar las euroórdenes, aunque tiene de plazo hasta 60 días prorrogables 30 más en casos especialmente difíciles.
El Tribunal alemán comunicó a Puigdemont los motivos de su detención. A partir de ahora el proceso lo dirigirá la Fiscalía y un tribunal regional de alto rango será quien tenga la última palabra sobre la entrega de Puigdemont a la Justicia española. En las “‘euroórdenes”, al contrario que en las extradiciones tradicionales, no participan los gobiernos, sólo autoridades judiciales.
La Justicia alemana no estudiará el fondo del asunto, si Puigdemont es culpable o inocente. Sólo decidirá si los delitos de los que está acusado en España tienen correspondencia con algún delito tipificado en el Código Penal alemán.
La situación penal de Puigdemont en Alemania es mucho más compleja que en Bélgica. El Código Penal belga no contempla el delito de “rebelión”, el más grave que le imputa la Justicia española.
El delito de “rebelión” no aparece con ese nombre en las leyes alemanas pero Alemania sí castiga, con entre 10 años y cadena perpetua a quien “intente con violencia o bajo amenaza de violencia perjudicar la continuación de la existencia de la República Federal” o “cambiar el orden constitucional”. En los casos menos graves la pena es de entre 1 y 5 años. También se castiga con entre 1 y 10 años la “preparación” de “alta traición”. El gobierno alemán intentó desde el domingo desmarcarse de las decisiones judiciales. Al contrario que en los procesos tradicionales de extradición, en la “euroorden” sólo hay decisiones de tribunales, no de los gobiernos. La ministra de Justicia, la socialdemócrata Katharina Barley, dijo que “se sigue un proceso judicial claramente reglamentado y es el que se pone en marcha ahora”.
Políticamente, España lo tiene mu- cho más fácil con Alemania que con Bélgica, que ya estudió una petición de entrega de Puigdemont. Un portavoz de Ángela Merkel dijo ayer que “España es un país en el que se respeta el Estado de Derecho, un Estado democrático, así que el conflicto se debe resolver en base al derecho español”. El eurodiputado conservador alemán Elmar Brok, un hombre cercano a Merkel, dijo ayer al diario Neue Osnabrücker Zeitung que aconsejaba a los catalanes “desistir de sus esfuerzos para lograr la independencia puesto que es completamente inútil”. Brok añadió que “Puigdemont ha vulnerado inequívocamente el Derecho español y ha infringido la Constitución”.
Ayer se conocieron más datos sobre la detención de Puigdemont. Según el diario madrileño El País, el servicio secreto español había colocado un dispositivo de localización en el auto, un Renault Espace, con el que se movía por Bruselas. Ese auto salió el viernes desde Bruselas hacia el norte de Europa. Los agentes lo siguieron y comprobaron que Puigdemont subía a él. ■
La situación judicial de Puigdemont es mucho más compleja en Alemania que en Bélgica.