El desafío de armar un equipo con identidad
“Argentina tiene que encontrar una identidad y no descansar solo en un jugador absoluto”, dijo. Cada vez que Sampaoli habla de Messi le agrega un adjetivo nuevo: ahora lo puso en el nivel de un Mozart, un músico con oído absoluto.
Tal vez Messi tenga una zurda absoluta y como dice el técnico “sea inalcanzable, hay que entenderlo y crearle un entorno favorable”. Pero más allá de los elogios y de aquella frase (“Será más el equipo de Messi que el mío”), Sampaoli está obsesionado con que su Selección tenga esa identidad de la que habla, la que le sobra a España, que tiene que ver con la posesión de la pelota, el protagonismo, la valentía para jugar.
Es el regalo que le quiere hacer a Messi. Un equipo que esté a su altura. No es casual que el técnico diga que “todo lo que estamos buscando nosotros lo tiene incorporado España como funcionamiento”.
Hace tiempo que España transformó aquella vieja furia en un barcelonismo del nuevo siglo. Juega con la pelota, juega como Iniesta. Y eso es lo que quiere Sampaoli. La ecuación es simple: si se maneja la pelota como España y se tiene a Messi, será difícil jugar mejor.
Más allá de Leo, el entrenador de la Selección sigue tratando de no descartar públicamente a ningún jugador. La ansiedad por la lista definitiva de los 23 futbolistas para Rusia es más un problema de los periodistas que del cuerpo técnico, que la tiene casi definida pero sabe que puede haber imponderables.
Hay más certezas además de Messi y habrá nombres por definir. No todo se define en esta gira.