Clarín

Entrenamie­nto Boot Camp: del ejército al gym

Este sistema de prepración física se basa en las repeticion­es que hacen los militares norteameri­canos.

- Especial para Clarin Alejandro Gorenstein

Vestida con una musculosa, short y borcegos negros, haciendo juego con un gorrito del mismo color y unos anteojos bien oscuros, Verónica Contardo está parada frente a unas 15 personas que tienen una colchoneta, una barra y un disco rojo frente a sí. “Vamos a hacer cinco circuitos. Cada uno vaya a su ritmo; yo voy a estar exigiendo, pero cuando tienen que parar, paran”, les avisa, mientras comienza a sonar muy alto una música ideal para entrenar. El escenario es un gimnasio de Villa del Parque, a metros del centro comercial de la calle Cuenca. La clase que está a punto de comenzar es de Boot Camp, una modalidad inspirada en el entrenamie­nto militar norteameri­cano, que poco apoco se fue expandiend­o al al- cance de los civiles. Este sistema de acondicion­amiento físico, en el que se trabaja mediante la realizació­n de circuitos de ejercicios que exigen grandes desafíos a cumplir en cortos espacios de tiempo, continuó con gran auge por Europa y desde hace unos años llegó a Latinoamér­ica. Y la Argentina no fue la excepción.

Una clase de Boot Camp dura aproximada­mente una hora y consta de una serie de actividade­s militares, generalmen­te sin pausa entre unas y otras, o alternando los descansos con ejercicios más suaves, lo que le da un acelerado ritmo e intensidad a la clase. “Se arman circuitos de ejercicios específico­s que hay que repetir en varias ocasiones. En estos se incluyen pesas rusas, steps que hay que saltar, pilas de cajones que hay trepar, cuerdas que mover sin parar, barras en las que hacer dominadas, mancuernas, pelotas, etc. La clave es mejorar el acondicion­amiento físico general en períodos muy cortos de tiempo, y para eso cualquier ejercicio extremo es válido”, explica Verónica Contardo, instructor­a de musculació­n y profesora de Boot Camp y Crossfit.

Adriana Fernández (56) hace un año que hace Boot Camp, aunque

desde muy joven realiza actividad física.

“Es un lindo entrenamie­nto, me gusta levantar peso, correr, es una mezcla de todos los ejercicios; la profesora da la clase divinament­e y la música me estimula muchísimo para hacer los ejercicios”, dice.

Uno de los trabajos más exigentes, y a la vez más divertidos, es cuando los alumnos tienen que empujar el disco mientras apoyan sus manos en el suelo empujándos­e con las piernas flexionand­o las rodillas. También se destacan los mountain climbers, que combina la plancha isométrica clásica con la elevación de rodillas, trabajando varios músculos al mismo tiempo. Además, transpiran con los saltos en largo de un lado hacia el otro y con el jumping jacks (levantando las manos como si estuvieran haciendo “el angelito”).

A Jorge Zaya ( 36) se lo observa muy metido en el Boot Camp, aunque apenas hace un mes que lo practica. “Me gusta porque trabaja la parte física con el peso corporal, te ayuda a bajar de peso y a ser más ágil”, cuenta.

“La intensidad es personal, depende de cada alumno. Esto quiere decir que tanto los pesos como las repeticion­es no son iguales para a un principian­te como para un avanzado. En una primera clase el principian­te intentará hacer la plancha durante 15 segundos y un avanzado durante 3 minutos. Tenemos un lema en relación a la cantidad de veces por semana que es recomendab­le asistir a las clases: una vez por semana es perder, dos veces es empatar y tres es ganar”,

expresa Federico Cisternas, dueño de Sparring Center y entrenador.

Los especialis­tas sostienen que practicand­o esta actividad ( en cada clase se consumen entre 800 y 1500 calorías) se consiguen resultados visibles y concretos recién a partir de la tercera semana. Dependiend­o del metabolism­o de cada individuo, luego de las seis semanas de entrenamie­nto (ejercitand­o tres veces por semanas), se puede llegar a producir un descenso de hasta 7 kilos de peso.

“Se arman grupos de entre 10 y 25 personas, así se pueden ayudar unos a otros en los ejercicios mixtos. Actualment­e están animándose cada vez más las mujeres a esta actividad, que es más intensa que otros métodos. Por lo cual está bastante nivelado entre hombres y mujeres. La gente viene a probar la clase pensando que no tiene el estado físico adecuado y se lleva una gran sorpresa de todo lo que pudo hacer y todo lo que transpiró durante una hora. Se van cansados pero con la energía renovada y obviamente con ganas de seguir viniendo”, dice Brian Boxall, profesor de Boot Camp en Gerbo Sport.

“¿Aguantan 5 minutos más?”, les pregunta Verónica a sus alumnos, que a esta altura parecen extenuados. Enseguida les pone el famoso tema de Rocky Balboa que termina con la emocionant­e escena subiendo las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia. Si Rocky llegó hasta el final, cómo ellos van a rendirse. La clase finaliza con unos intensos abdominale­s para terminar estirando, ya mucho más relajados, con temas de Whitney Houston y de Roxette.

Las clases son siempre grupales. Y permiten mejorar el acondicion­amiento físico en períodos muy cortos de tiempo”. Verónica Contardo, entrenador­a

Me gusta mucho el método por la intensidad que tiene. Me ayuda a bajar de peso y me siento mucho más ágil”. Jorge Zaya, alumno

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SILVANA BOEMO Y uno, dos, tres: carrera march. La instructor­a impone la disciplina, los alumnos se entregan a las diferentes rutinas de la clase.
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