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El índice MerVal de acciones líderes cerró marzo con una caída del 5,7%, afectado por la turbulencia en los mercados internacionales y la volatilidad en las tasas de interés.
El gobierno estadounidense celebró la sorpresiva visita del líder norcoreano Kim Jong-un a China, donde se encontró con el presidente Xi Jinping, en un paso fundamental para que pudieran avanzar las negociaciones tendientes a pacificar la península y frenar el desarrollo nuclear de Corea del Norte. Entre cautelosos elogios y algunas advertencias, el presidente estadounidense Donald Trump consideró que, en virtud de este cambio de actitud, hay “buenas posibilidades” de que Kim tome medidas hacia la desnuclearización. “Recibí un mensaje anoche (el martes) de Xi Jinping de China, diciendo que su reunión con Kim Jong-un estuvo muy bien y que Kim espera tener su reunión conmigo”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Luego, dejando de lado la vieja retórica belicista y las agresiones que fueronmoneda corriente entre ambos, afirmó: “Durante años y a través de muchas administraciones, todos decían que la paz y la desnuclearización de la península coreana no tenía ni una pequeña posibilidad. Ahora hay una buena oportunidad de que Kim Jong-un hará lo que es correcto para su pueblo y la humanidad”.
Más enfático fue aún el Departamento de Estado norteamericano. “Fue un paso histórico y sin precedentes en la dirección correcta”, dijo Heather Nauert, vocera de la Cancillería.
De todas maneras, el gobierno estadounidense advirtió que no modificará su política durante las negociaciones, convencido de que está dando sus frutos. “Mientras tanto, y desafortunadamente, el máximo de sanciones y presión se mantendrá a toda costa!” sobre Corea del Norte, apuntó Trump. Y Nauert remató: “Es evidente que la campaña de máxima presión está funcionando”.
Del otro lado del planeta, con sonrisas y apretones de mano, Corea del Norte y China utilizaron su inesperada cumbre esta semana para demostrar que, a pesar de las tensiones recientes, Pyongyang tiene un aliado poderoso y Beijing no permitirá que lo marginen de las discusiones sobre la suerte de su imprevisible vecino.
Después de seis años de reclusión, Kim parece decidido a salir de su fortaleza y explorar la vertiente diplomática. La visita que hizo al presidente chino fue su primer viaje al exterior desde que asumió el poder en el 2011. Pero Beijing es apenas el inicio de una ambiciosa ofensiva diplomá-
“Mientras tanto, el máximo de sanciones y presión se mantendrá a toda costa!”, dijo Trump.
tica internacional. Su próximo encuentro es en la Zona Desmilitarizada de la frontera con el presidente surcoreano Moon Jae-in, y luego viene su esperada reunión con Donald Trump en un sitio a decidir, que se concretaría en mayo. Inclusive hay versiones de que también considera encontrarse con Vladimir Putin.
Las conversaciones a puertas cerradas de Kim con Xi en Beijing parecen tener como objetivo fortalecer la posición de ambos países. Un objetivo crucial para Beijing es reafirmar su conexión con las reuniones, de las que ha estado excluido. China parecía ser un espectador a medida que se deterioraban sus relaciones con el Norte y Pyongyang se comunicaba con Seúl y Washington.
En la capital china, Kim y su esposa fueron recibidos con todos los honores por Xi, según los medios estatales, que recién confirmaron la visita de tres días realizada entre lunes y miércoles solo después de que el líder norcoreano regresó a su país. Ambos se reunieron en el Gran Palacio del Pueblo en la plaza Tiananmen, donde el líder norcoreano se declaró “comprometido a favor de la desnuclearización”.
De acuerdo con la agencia estatal china Xinhua, Kim le dijo a Xi que Norcorea está dispuesta a dialogar con Estados Unidos, y que el tema de la desnuclearización puede resolverse si Washington y Seúl adoptan “medidas progresivas y sincronizadas encaminadas a la realización de la paz”.
China, con fluido manejo diplomático en un tema tan espinoso, informó sobre la vista de Kim tanto a EE. UU. como a Corea del Sur y Japón.
El Gobierno surcoreano respondió que “confía en que la visita de Kim a China contribuya a la desnuclearización y la construcción de la paz en la península coreana”. Por su parte, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que su país quiere un “informe detallado” de China sobre las conversaciones. “Creo que estamos en una situación en la que el lado norcoreano está tratando de hablar”, agregó, reiterando la importancia de la desnuclearización de Corea del Norte.
Japón quiere además que durante las conversaciones Washington no sólo aborde los misiles intercontinentales, que pueden alcanzar territorio estadounidense, sino también los misiles de corto y medio alcance, que amenazan a Japón, dijo Abe ante una comisión parlamentaria.
“La visita de Kim Jong-un demuestra que China, lejos de ser marginal, cumple un papel relevante. Esto le permite salvar las apariencias”, señala Pang Zhongying, un experto en Corea del Norte de la Universidad Renmin de Beijing. “Corea del Norte se aprovecha una vez más de China. Juega la carta china para decirle a Corea del Sur y Estados Unidos que China sigue siendo su aliado”, agregó.
Algo de esto lo expresó ayer el propio líder norcoreano. Es una “decisión estratégica” de Corea del Norte que la amistad con China evolucione “bajo las nuevas circunstancias”, sostuvo Kim.