Clarín

Francia despide con honores al militar asesinado por un yihadista

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com CORRESPONS­AL

Conmovedor, solemne y con el presidente Emmanuel Macron hablando en primera persona del nuevo héroe gendarme de Francia, los franceses honraron a un militar que murió para que otros vivieran. El país se detuvo en un minuto de silencio emocionado para homenajear al coronel Arnaud Beltrame, asesinado por el terrorista cinco días atrás, cuando voluntaria­mente y con sus manos en alto, aceptó reemplazar a una rehén en el supermerca­do U de Aude y terminó degollado por su captor.

En un silencio profundo y bajo la lluvia, el ataúd cubierto con la bandera francesa se instaló en el centro de la Corte de Honor del imponente Palacio des Invalides en París.

Lo esperaban el presidente Emmanuel Macron y la primera dama Brigitte, todo su gabinete, que agradecier­on tal sacrificio a su familia. Pero también estaban los ex presidente­s de Francia, como el socialista François Hollande y Nicolas Sarkozy, y todos sus primeros ministros.

No hubo distincion­es políticas a la hora de honrarlo: desde Jean Luc Melenchon a Marine le Pen, los ex primeros ministros Manuel Valls y Bernard Cazeneuve, senadores, diputados y anónimos. Centenares de franceses se acercaron a decirle adiós a un hombre con extraordin­ario coraje, un sentido del deber y una solidarida­d sin par.

Pero, firmes y emocionado­s, estaban sus compañeros gendarmes, sus soldados, para despedir a un camarada, a un jefe que murió dando el ejem- plo. Los 140.000 gendarmes de Francia honraron al más valiente de los suyos y , a través de él, recibieron la admiración de un país.

El cortejo avanzó trasladado por 8 gendarmes, dos de sus compañeros de promoción, con el kepi del coronel sobre un almohadón. En el interior, una foto de él con su esposa. No tenían hijos. Detrás lo seguían los otros símbolos: las condecorac­iones de este veterano de la guerra en Irak, que hoy el jefe de estado elevó a Comandante de la Legión de honor. El presidente revistó la tropas y luego, se acercó junto a Brigitte a la familia para confortarl­a, para agradecerl­e este gesto sin par.

En les Invalides estaba Latifa Ibn Ziaten, la madre del soldado musulmán que fue víctima de otro miembro del ISIS, Mohammed Merah, en Toulouse. Ella había cruzado al terrorista en Carcassone, que le reprochó que no era musulmana, con su duelo. “Tu religión no es la mía”, respondió la madre de la víctima a Ladkin. Ese nombre que nadie pronunció en el homenaje para que “la eternidad” lo olvide.

Macron había escrito personalme­nte su discurso. Y comenzó con una crónica de lo que sucedió en Trébes, ese pueblito de 5000 habitantes de Aude, donde el gendarme decidió heroicamen­te enfrentar al terrorista.

“Eran las 11 de la mañana de ese viernes cuando el teniente coronel Arnaud Beltrame se presentó con sus hombres”, comenzó el jefe de estado, para empezar a relatar el camino de asesinatos y heridos que dejó el atacante, desde que inició en Carcassone su triple atentado. “Nosotros pensamos en esos heridos, en esos muertos, nuestros muertos y en sus familias”, dijo el presidente.

“El sabía que el terrorista tenía una empleada en rehén, que él reclamaba ser parte de esta hidra islamista que ya ha dejado tanta muerte en nuestro país”, que buscaba “una muerte que él creía gloriosa pero que es abyecta, una muerte cobarde obtenida por el asesinato de inocentes”, continuó el jefe de Estado.

El presidente rindió homenaje a “los gendarmes de Aude”. “Todos tienen derecho a nuestro respeto incondicio­nal”. Comparó al gendarme con los grandes héroes de la República francesa: Jean Moulin, Juana de Arco, Pierre Brosollete, el general De Gaulle. “Arnaud Beltrame era un comprometi­do. Había jurado ser fiel a un ideal”, dijo. “Un héroe entre los héroes”.

Macron pasó la noche en el salón de crisis del ministerio del interior el día del atentado, rogando que Beltrame sobrevivie­ra. Hasta entonces Francia creía que había muerto a balazos y no con un cuchillo en la garganta. “Esa mañana que nos dieron la noticia de su muerte fue como un golpe al corazón. El nombre de Beltrame se ha vuelto el nombre del heroísmo”, dijo el presidente. ■

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AFP Emoción. El presidente Macron, ante al féretro del gendarme.

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